“Este es mi año", “2021, te espero con ansias", “2021, sorpréndeme para bien", ¿te identificas con estas frases? Pues manos a la obra, hagamos de estos deseos una realidad. Tomemos acciones que contribuyan a que un simple dicho se materialice gracias a nuestro esfuerzo y dedicación y que podamos así alcanzar las metas que nos propongamos en el año venidero.
Para logar todo esto no hay otra fórmula que la PLA-NI-FI-CA-CIÓN. Sin
planificación, no tienes metas ni sabes cuál es la dirección que tienes que tomar ni en qué vehículo vas a llegar.
La planificación financiera
es un elemento fundamental para lograr unas
finanzas sostenibles.
Al momento de hacer una planificación en cualquier etapa de nuestras vidas, existen dos formas para que las metas sean reales y alcanzables: la primera está basada en la subjetividad (lo que nuestra mente nos dice) y la segunda toma como base la objetividad (lo que dicen los hechos).
La mejor de las formas siempre será la que está basada en la objetividad, pues tenemos datos que pueden servirnos de soporte para una
planificación consciente y realista de lo que podemos lograr, tomando como punto de referencia lo que ya hemos vivido.
Por esta razón, cuando tratamos el tema de las
finanzas personales, debemos ser sumamente objetivos para dar cualquier paso hacia adelante y evitar así tener que retroceder, luego de dar un paso que realmente no deberíamos haber dado.
El momento de iniciar a pensar en qué es lo que queremos lograr el próximo año es ahora.
Pero antes de comenzar a
establecer esas metas, debemos asegurarnos cómo estamos a la fecha: qué hemos logrado en este año y qué nos ha impedido lograr los objetivos que nos planteamos el año anterior.
Estamos hablando de finanzas, así que ponle cifras: ¿aumentaron mis ingresos por salario u otros ingresos adicionales?, ¿me vi obligado a tocar mis ahorros?, ¿contraje deudas?, ¿son esas deudas buenas o no tan buenas?
De esta manera, seremos lo más objetivos posibles y aseguraremos que todo lo que se ponga en esas metas futuras sea alcanzable.
Hay cinco cosas imprescindibles que debemos revisar para saber cuál es el
estatus de nuestra salud financiera y pensar en cómo mejorarlas, estas son:
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Tu patrimonio. Evalúa si ha crecido o disminuido, recuerda que este concepto es la disminución de tus pasivos a tus activos.
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Analiza tus deudas. Sumamente importante para determinar proyecciones para un nuevo año: te recomendamos que las enumeres según el monto adeudado de menor a mayor y aparte del monto, coloques fecha de pago, cantidad de pagos restantes y tasa de interés. Esto te ayudará a ver el gran panorama.
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Tu fondo de emergencia. Este año ha sido duramente golpeado por la pandemia global que estamos viviendo y es muy probable que hayas tenido que usar tu
fondo de emergencia. Es hora de reponerlo: evalúa qué tanto has consumido. Quizás nunca lo has tenido y ahora es definitivamente el momento de ponerlo como prioridad para este nuevo año.
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Tus ahorros. Es importante evaluar el monto de tus ahorros y dar un paso adicional para seguir creciendo. ¿Cómo lo logras? Realizar
inversiones en el mercado de valores. ¿No tienes experiencia? No hay problema,
comienza escuchando la serie
“El Valor de tu Inversión". Si tus ahorros están fortalecidos, es momento de sacarles mayor beneficio.
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Tus ingresos. A pesar de ser el paso número cinco, este es el paso más importante que tienes que revisar. Así tendrás certeza de con qué cuentas para mejorar los cuatro pasos anteriores y cualquier meta propuesta. Evalúa todos tus ingresos fijos y planifica tus objetivos acordes a los mismos.
Una vez evaluado estos pasos, es el momento propicio de iniciar con los
ajustes financieros necesarios para poner en orden nuestras finanzas.
Recuerda que los grandes proyectos del mundo inician con una idea y una debida planificación. Y que mejor momento que un nuevo año para empezar a organizar nuestras finanzas. Ayúdate con este
plan de organización y planificación financiera.