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Juan Carlos Simó

Ejercicios en la tercera edad

Con los años también llegan cambios físicos y psicológicos que afectan de manera directa la forma en la que nos desenvolvemos y cómo funciona nuestro cuerpo.

 

Al llegar a la etapa conocida como la "tercera edad", a partir de los 65 años, se inicia un declive de las estructuras fisiológicas que se desarrollaron en las etapas anteriores de la vida y es necesario tomar acciones para evitar el desgaste prematuro de las funciones de nuestro cuerpo.

 

Sin embargo, alcanzar esta edad no debe ser sinónimo de inactividad, ya que está demostrado que se puede llevar una vida activa y con una buena nutrición para mejorar la calidad de cada uno de nuestros días.

 

En esta etapa de la vida, el ejercicio debería ser prácticamente de carácter obligatorio, porque muchas de las dolencias y las pérdidas de facultades asociadas a la edad son el resultado de una pobre actividad física y de malos hábitos nutricionales.

 

Las personas que se encuentran en la tercera edad tienen la posibilidad de revertir todos los procesos físicos asociados a la pérdida de la marcha, el tono muscular, el envejecimiento prematuro y, además, disminuir la vulnerabilidad que existe a las caídas provocadas por la falta de masa muscular.

 

Con el paso de los años, la primera cualidad física que se pierde es la de la movilidad. Esta se manifiesta cuando las personas empiezan a perder rangos de movimientos y empiezan a sentir las articulaciones como si estuvieran oxidadas.

 

Esta situación es el resultado de diversos factores, que incluyen la falta de ejercicio y el consumo de alimentos proinflamatorios, como el exceso de Omega 6, aceites procesados con canola, girasol, soya, que tienden a crear mucha inflamación articular.

 

A partir de todo esto, lo más importante es lograr reestablecer la movilidad a través de ejercicios de rango de movimiento completo con pesos o cargas que puedan ser manejadas con mucho control.

 

En esta etapa también es importante trabajar la resistencia a través del incremento de peso para que el músculo comience a fortalecerse o a aumentar su capacidad de contracción y su salud.

 

Es importante que antes de iniciar cualquier tipo de entrenamiento, la persona de esta edad sea evaluada para determinar que puede realizar los ejercicios indicados. A partir de aquí, se debe diseñar un programa que no sea extenuante pero sí que implique un grado de esfuerzo que no le haga daño.

 

Los suplementos también son una recomendación importante, ya que a esta edad se tiene comprometida gran parte de la capacidad de absorción de nutrientes, especialmente la vitamina B12, que es esencial para la salud del sistema nervioso central.

 

El primer suplemento que se recomienda es una buena enzima digestiva, que contenga ácido clorhídrico, sumado a un buen multivitamínico que ayude a cubrir cualquier deficiencia que pudiera presentarse.

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