Suele ser una conducta común en el proceso de hacer compras por Internet revisar de forma constante los campos. Pero, aparte de verificar los datos, ¿qué tanta atención prestas a la página web a la cual cedes tus informaciones? Probablemente, poca. A continuación, para crear conciencia, enumeramos tres puntos a tomar en cuenta antes de agotar este proceso:
- La seguridad de tu computadora y tu navegador:
Un paso tan sencillo como desactivar la función de autocompletar los datos de cualquier formulario en tu navegador puede salvarte rápidamente de una posible estafa, pues muchas veces se guarda la información personal y de tu tarjeta de crédito, incluso sin que te des cuenta.
Asimismo, verifica siempre que los sistemas o programas de antivirus de tu computadora estén al día y actualizados. También, debes asegurarte que tu navegador y tu sistema operativo estén actualizados para evitar que sean la entrada principal a posibles malwares.
Si está dentro de tus posibilidades, puedes solicitar una tarjeta de crédito que utilices exclusivamente para tus compras en línea. Las ventajas de esto es que puedes mantener totalmente separadas este tipo de transacciones, tienes la opción de establecer su límite y tendrás más control de los consumos en sus estados de cuenta.
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- La autenticidad de la página:
Es importante que también tengas en cuenta que la página que navegues sea segura (https), la conexión inalámbrica a la que estás conectado no sea pública y evitar introducir los datos de tu tarjeta con personas a tu alrededor que puedan aprovechar el momento para copiar la información y utilizarla más adelante.