Todo lo que tu mente puede visualizar como un posible futuro para ti y para tu familia, por ejemplo, una mejor calidad de vida, seguridad económica, mayor desarrollo personal y otros deseos nobles que albergue tu corazón, lo puedes lograr.
La historia de la humanidad está llena de personas que transformaron sus vidas y tú, sin duda, puedes ser una de ellas.
La experiencia ha demostrado que el primer requisito es tener una visión clara del futuro que deseas para ti y tu familia.
Con el nuevo año a la vuelta de la esquina, ahora es el momento ideal para trabajar en plasmar esas aspiraciones que sustentan tu visión de futuro.
Mientras más precisa y detallada sea tu aspiración, más fuerza tendrá para motivarte y seguir avanzando hacia ella. Te exhortamos incluso a escribir o dibujar en un cuaderno los elementos que formarán parte de ese futuro que deseas, no te limites en nada al hacerlo.
Dicho de otro modo, sueña en grande.
Una buena herramienta para esto es realizar un mapa de sueños: se trata de una herramienta creativa donde plasmas tus sueños, deseos, anhelos, metas y proyectos.
Se construye con una cartulina y fotografías que representen cada una de las cosas que anhelas.
Por ejemplo, si deseas viajar, podrías poner un mapa con los lugares que te gustaría conocer.
En este mapa de sueños es importante poner específicamente lo que se quiere, mantenerlo en un lugar visible y cada día al levantarse preguntarte qué vas hacer para llegar a eso que tanto anhelas.
Como siguiente paso es fundamental que desglosemos nuestra visión en grandes metas específicas, que nos garanticen que, en la medida en que las vayamos alcanzando, nos acercarán cada vez más a conquistar nuestra visión de futuro.
Esas metas pueden incluir graduarte de la universidad, obtener un mejor empleo o crecer en la empresa donde trabajas, abrir tu propio negocio, incluso metas físicas relacionadas a tu salud personal.
La mayoría de nuestros sueños y metas necesitan una base financiera. Y es maravilloso poder hacer AHORA muchas de las acciones que necesitamos, en virtud de poder alcanzar dichas metas y sueños.
Si necesitas una guía para acompañarte a plasmar todo eso, puedes utilizar tus Millas Popular para asesorarte de forma personalizada con una coach certificada en finanzas personales, de nuestro programa Finanzas con Propósito.
Ahorro: el puente entre el AHORA y tu futuro financiero
El ahorro es el camino más seguro hacia el futuro soñado. Es la posibilidad de administrar nuestras finanzas con más intención y menos reacción.
La primera etapa del ahorro es crear un fondo de emergencia, es tu colchón de protección ante imprevistos. Será un gran aliado para el manejo de tus finanzas personales.
Una vez logrado, la segunda etapa del ahorro es crear un fondo para invertir. La tercera etapa es combinar el ahorro con la reinversión de los intereses ganados para crear progresivamente el patrimonio personal o familiar.
Ahorrar es una carrera de fondo, una maratón antes que una prueba de velocidad. La constancia lo es todo.
Aquí puedes encontrar pistas para incrementar el nivel de ahorro en tu hogar.
Del ahorro presente al crédito del mañana
El hábito del ahorro nos ayuda a crear un patrimonio, que nos abre las puertas para acceder a oportunidades de crédito en el sistema financiero.
Nos referimos al crédito que puedes utilizar para invertir en activos, como la compra de un segundo apartamento para recibir nuevos ingresos por alquiler. Esta es una vía para ampliar tus fuentes de producción de ingresos y no depender únicamente de un salario.
Lo importante aquí es contar con una buena planificación financiera, que será un elemento esencial para unas finanzas sostenibles.
En esa planificación, las metas te ayudarán a moverte hacia adelante y hacer AHORA lo que necesitas llevar a cabo para mejorar progresivamente tu situación financiera.
Las metas deben ser:
- Específicas: los sueños pueden ser amplios y generales, pero debemos desglosarlos en varias metas concretas y bien detalladas que, al alcanzarlas, nos garanticen que nuestros sueños se cumplen.
- Medibles: las metas bien planteadas siempre deben estar acompañadas de una forma de medición. Por ejemplo, si la meta es bajar de peso, la medida es ¿cuántas libras? Si nuestra meta es aumentar nuestros ahorros, la medida es ¿cuántos pesos al mes?
- Alcanzables: las metas que nos fijemos deben tener dos características: la primera es que representen retos que nos mueva fuera de nuestra rutina y la segunda es que esos retos sean posibles de lograr si aplicamos el esfuerzo suficiente.
- Relevantes: una meta relevante es aquella que está encadenada con el logro de nuestras aspiraciones más ambiciosas y su logro guarda relación directa con la conquista de nuestros sueños.
- Calendarizadas: las metas deben tener un plazo para alcanzarse, y fechas intermedias para medir los avances y asegurarnos de que vamos avanzando a buen ritmo.
Apreciar el momento presente, el valor del ahora, nos regala la oportunidad de construir un mejor futuro personal, familiar y también financiero.
¡Aprovéchalo! Ahora es el mejor momento para diseñar las finanzas que tú quieres tener.