Riesgos son las
amenazas que puedan presentarse tanto dentro como fuera de las empresas y que pueden afectar el logro de metas y objetivos.
Y ahora estamos en un momento en el que la falta de claridad, la incertidumbre ante el futuro y las perspectivas económicas negativas, a consecuencia de la
crisis sanitaria de la COVID-19, amplían las amenazas para las empresas y alteran los objetivos empresariales.
Así que una empresa, especialmente en una época como la actual, debe evaluar muy bien cuáles son sus objetivos y cuáles los
factores de riesgo a los que se enfrenta. Para la supervivencia empresarial a largo plazo la
gestión de riesgos en el corto, mediano y largo plazo es más importante que nunca antes.
Por ejemplo, un
objetivo empresarial puede ser incrementar las ventas en 10% en un determinado periodo, mientras que entre las amenazas a las que se enfrenta el negocio pudiera constituir un
factor de riesgo la pérdida de poder adquisitivo de los compradores debido a la situación actual o también las fallas en canales de distribución, entre otras circunstancias.
Existen múltiples situaciones que pueden presentarse como amenazas y es por ello que es importante hacer un
análisis que busque identificar los riesgos, para luego establecer aquellas medidas que permitan hacerles frente.
En el plano empresarial, el riesgo está relacionado con la incertidumbre que surge durante la consecución de un objetivo. Se trata, en esencia, de
circunstancias, sucesos o eventos adversos que impiden el desarrollo normal de las actividades de una empresa y que, en general, tienen repercusiones económicas adversas.
Para
identificar posibles amenazas es necesario conocer y analizar dos elementos fundamentales:
-
Contexto interno: durante este análisis resulta útil preguntarse cuáles son los objetivos de la empresa, sus fortalezas, sus debilidades y cuáles son los recursos humanos y económicos con los que se cuenta.
Y en ese contexto también hay que preguntarse cuáles son los procesos diseñados y ejecutados en la empresa y si los mismos están acordes con la
estrategia empresarial y los objetivos.
-
Contexto externo: implica analizar características y circunstancias fuera de la empresa, pero que la pueden impactar, como leyes, hábitos de consumo de clientes, competencia (directa o indirecta), entre otros. Por ejemplo, en el momento actual muchos consumidores optan por los servicios a domicilio, servicios “take out" o de recogida en tienda, compras electrónicas, comunicaciones efectivas, entre otros.
Los
riesgos empresariales son inagotables. Nunca se estará infaliblemente preparado para los acontecimientos, sobre todo si provienen de factores externos. Por eso, es importante contar con una buena capacidad de adaptación a los cambios.
Conociendo lo anterior, en un
ejercicio de prevención de riesgos consciente y razonable, toda empresa, sin importar su tamaño o sector, debiera
trazar un mapa de riesgo, empleando la mejor información disponible y siguiendo los siguientes pasos:
1. Identificar riesgos o posibles amenazas: para esto conviene preguntarse qué puede suceder y cómo puede suceder. En el caso concreto de esta crisis sanitaria, ¿cómo ha afectado a tu negocio la pandemia?, ¿qué sucederá con las ventas?, ¿podrán tus ingresos cubrir los costos fijos?, ¿cuáles serán las amenazas?, ¿el negocio ha perdido clientes o los clientes han disminuido su capacidad de consumo?, ¿han cambiado sus hábitos de compra como consecuencia del coronavirus?
Luego de todas estas preguntas saldrá un
listado de riesgos que reflejarán las preocupaciones, pero que será la etapa previa para la elaboración del mapa.
2. Determinar la gravedad de los riesgos: se pueden
definir escalas de riesgo del 1 al 5, donde el 5 corresponde al riesgo más grave y 1 al menos grave. El impacto está determinado por la severidad con que podrían afectarte los
riesgos identificados, en caso de que realmente ocurran, considerando la probabilidad de ocurrir. Para asignar estos puntajes a cada uno de los riesgos identificados previamente, se recomienda usar el criterio profesional y conocimiento del negocio, ya que está permitida una valoración cualitativa a la gravedad del riesgo.
3. Identificar medidas de mitigación o reducción de riesgos: consiste en plantear las soluciones, para lo cual te puedes preguntar cómo puedes
reducir la probabilidad de que ese riesgo ocurra o cómo podrías saber que está ocurriendo. Y si ocurre, conviene que especifiques cómo podrías reducir el daño. A partir de las respuestas a estas preguntas se elabora para cada riesgo un conjunto de medidas que se denominan
controles de riesgo. Se recomienda iniciar por aquellos riesgos que alcanzaron un puntaje más alto en la etapa anterior.
4. Monitorear y revisar: una vez implementados los controles de riesgo, se debe monitorear permanentemente su efectividad para mantenerlos o modificarlos. Estamos ante
un escenario muy cambiante, un
escenario VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo, por sus siglas en inglés), así que le monitoreo es más importante que nunca.
Por ejemplo, imagina el caso de una sastrería que ante la pandemia ha realizado un mapa de riesgos, que en versión resumida podría resultar así:
RIESGO |
GRAVEDAD |
CONTROLES |
EFECTIVIDAD DEL CONTROL |
La confección de trajes ha perdido prioridad para sus clientes | 5 (muy grave) | Elaborar nuevos productos (mascarillas) / Reducción de precios / Aumentar la diversidad de productos actuales (diversidad de calidades) | Alta / media / baja |
Se puede incurrir en pérdidas contables | 4 (grave) | Renegociar costos con proveedores / Devolver local alquilado y cambiar a teletrabajo. | Alta / media / baja |
Los clientes prefieren movilizarse poco y no visitar establecimientos | 3 (media) | Realizar servicios a domicilio para medición y entrega de trajes. | Alta / media / baja |
La administración de una empresa debe estar apoyada en acciones coordinadas que incluyan la
gestión de riesgos para trazar un marco de trabajo, mediante el cual quede establecido qué aspectos debe gestionar y cómo hacerlo. Para esto, nada mejor que
contar con buenos líderes de equipo, con las competencias adecuadas y capaces de afrontar escenarios cambiantes.
Además, si la empresa puede
lograr una certificación en gestión de riesgo, esto elevará su nivel de calidad, confiabilidad y seguridad.
Finalmente, algunas ventajas de realizar un
análisis de riesgo son:
- Aumentar la probabilidad de alcanzar los objetivos.
- Responder a los cambios eficaz y oportunamente.
- Proteger a la empresa y a sus accionistas antes, durante y después de un impacto.
- Minimizar la posibilidad de ocurrencia de las amenazas o su impacto, a través de decisiones que implementen medidas de control.
- Mejorar el desempeño a través de procesos más eficientes.
- Mejorar la
resiliencia organizacional, es decir, la capacidad de tolerar eventos adversos y sobreponerse con éxito.
Es sumamente conveniente realizar este tipo de ejercicios de mapa de riesgo para saber sobre qué pie está parada tu empresa,
cuáles son los mayores riesgos ante los que debe prepararse y cómo reaccionar de forma anticipada ante cualquier riesgo potencial en formación, que pueda impactar negativamente la operación.
Seguir estas recomendaciones puede
blindar tu empresa y prepararla para defenderse ante un escenario de tantas incertidumbres como el actual.