Estar en confinamiento y hacer
cambios en nuestros hábitos ha representado un gran reto para todos los miembros de la familia, y no ha sido menos para los pequeños de la casa.
Ellos también han tenido que experimentar otra forma de vida a la que no están acostumbrados y, al igual que sus padres o adultos con los que conviven, deben dar continuidad a sus obligaciones. En su caso particular, al programa del año escolar que casi se aproxima a su final.
Al no tener que ir al colegio ni a sus
actividades extracurriculares, es común que muchas de sus rutinas se pierdan o se flexibilicen: se acuestan y se despiertan más tarde tarde, acuden a la nevera a buscar algo para saciar la ansiedad o el aburrimiento del encierro.
Si encima, esa alimentación, o sobrealimentación, no es de buena calidad, ten por seguro que eso se verá reflejado en su
rendimiento escolar. Cuando llegue el momento de las horas asignadas a la
“escuela en casa", muchos de los alimentos ingeridos pueden llevar a mayores distracciones y, como consecuencia, a peores resultados académicos.
Obviamente, tampoco ayuda la carencia de un sueño adecuado. Todo esto afecta la
capacidad de aprendizaje y concentración.
Ante este escenario puedes ayudar a tus hijos, si comprendes la necesidad de
seguir una alimentación adecuada, ahora más que nunca, para su rendimiento académico.
Como adulto responsable de la alimentación de tu familia, recuerda que siempre
es vital cuidar lo que tus hijos ingieren, pero por las circunstancias actuales esto se vuelve aún más necesario.
Si para ellos pasar más tiempo en casa puede ser una buena excusa para aumentar el
consumo de comida chatarra, tú tienes la responsabilidad de planificar una compra adecuada de comestibles en el supermercado.
Eso no significa dejar a un lado los alimentos o productos que son de su preferencia, pero asegúrate de incluir en la dieta todos los
nutrientes esenciales que ayudarán a potenciar su salud cognitiva.
Por igual, debes planificar los
horarios de comida, que sean lo más regulares posibles, comenzando por el desayuno. Ya sabemos que no debe faltar en la dieta de toda persona y que además es la comida principal del día, pero ahora es importante para que tus hijos cuenten con la energía necesaria para
concentrarse en sus clases virtuales y desarrollar sus tareas diarias, ya que la enseñanza desde casa se da en un entorno que mayores distracciones que el habitual.
Son cinco los nutrientes principales que ayudan a mejorar el rendimiento escolar de nuestros hijos, entre ellos:
- Las grasas saludables (incluidas en los aguacates o el aceite de oliva) ayudan al desarrollo y al buen funcionamiento del cerebro y de la vista.
- El hierro (presente en naranjas, frutos secos, carnes rojas) contribuye al desarrollo cognitivo y a
disminuir el cansancio.
- El zinc (lo encuentras en huevos, carnes magras o chocolate negro) es esencial para el crecimiento y el metabolismo de los
hidratos de carbono.
- El magnesio (incluido en el trigo, espinaca o mantequilla de maní) los ayudará a estar menos cansados, a la vez que
mejora su sistema nervioso.
- Por último, las vitaminas del grupo B (presentes en el salmón, las sardinas o las legumbres) son un gran aliado en el rendimiento intelectual, contribuyendo al
metabolismo energético y al buen funcionamiento del sistema nervioso central y del cerebro.
Posiblemente una forma divertida de inculcarles estos hábitos y, tomando las debidas precauciones, es involucrándolos en la preparación de las comidas.
Un ejemplo que puedes poner en practica puede ser invitándolos a que te ayuden en el lavado de las hortalizas o la preparación de una avena: aprovecha este momento para explicarles de una forma fácil la
importancia de ingerir alimentos saludables, a la vez que comparten esta actividad en familia.