El consumidor ha cambiado. Todos hemos cambiado. La digitalización ha entrado de lleno en nuestras vidas y ha trastocado muchos de los
hábitos de consumo que pensábamos como inamovibles.
Estamos más tiempo en casa y buscamos proyectos para rediseñar y aprovechar mejor sus espacios, para desarrollarnos profesionalmente y estudiar en línea, para estar más saludables, hacer deporte o pasar nuestro tiempo de ocio, para comprar en línea mucho más que antes.
Estas son realidades que han constatado los
análisis de muchas instituciones, como el
Foro Económico Mundial, que certifica que el salto en los procesos de
digitalización se ha adelantado en una década, afectando drásticamente a múltiples sectores productivos de las economías del mundo.
En este punto, si somos propietarios de una empresa, conviene preguntarse en qué medida concreta han cambiado nuestros consumidores; y, si lo han hecho, lo fundamental es
cuestionarnos si nuestro negocio se ha transformado en la misma medida.
Si no, la conclusión es que, más temprano que tarde, estaremos fuera del mercado. La
revolución digital vino para quedarse y eso obliga a repensar procesos, oferta y servicio en cada uno de los puntos de nuestra cadena de valor. Estamos de lleno en la
Cuarta Revolución Industrial, impulsada por la tecnología avanzada.
Puede que la palabra
reinventarse dé un poco de miedo, o pereza, a muchos empresarios. Pero la realidad es terca y demuestra que no hay otro camino.
Las previsiones para cualquier negocio de cara a este 2020 y los próximos años han saltado por los aires a raíz de la pandemia. Esto obliga a las empresas a moverse en un
escenario VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo, por sus siglas en inglés), donde cualquier firma tiene que
saber cómo navegar en ese terreno desconocido.
Para lograrlo, hay que ser un maestro a la hora de combinar la
planificación de corto y de largo plazo, y aprender muy bien a trazar
el mapa de riesgos de la empresa.
Aliado tecnológico
La buena noticia es que el factor determinante del cambio del comportamiento social del consumidor, es decir, la
tecnología, es precisamente
el
gran aliado para que las empresas se adapten con agilidad al nuevo escenario de la covidianidad e incluso más allá.
Centralizar la gestión de la empresa con la
transformación digital como eje vertebrador es algo que muchas compañías vienen practicando desde hace un tiempo. Lo único es que ahora los plazos se han acelerado.
Ciencia de los datos
La
empresa inteligente, la que sobrevivirá a este escenario de choque, es aquella que será capaz de integrar sus estrategias y procesos con una
visión 360, apoyándose en los avances tecnológicos, para conocer en todo momento qué está sucediendo en cualquier área de la compañía y poder, de este modo, anticiparse y reaccionar ante los cambios imprevistos del mercado. Es así como garantizará la
continuidad del negocio.
Aplicar la ciencia de los datos a la gestión de la empresa, empleando para ello técnicas de programación y visualización de ingentes cantidades de información, es un elemento vital para alcanzar este objetivo y, sin lugar a dudas, una
ventaja competitiva para cualquier organización que asuma ese proyecto.
Los datos se incrementan cada día a mayor velocidad, en cantidad y en variedad: estamos inmersos en la era del Big Data. Con la ciencia de los datos podemos
generar información de valor para la toma de decisiones, para crear productos y servicios innovadores, que respondan a la demanda de ese nuevo consumidor, para alertar tendencias que están surgiendo y consolidándose.
Identificar a los
centennials
Vamos a un ejemplo concreto. Respóndete: ¿tienes ya empleados y consumidores pertenecientes a la llamada
Generación Z? ¿Conoces qué piensan? ¿Cuáles son sus expectativas? Estas son preguntas relevantes que todo empresario debe hacerse para adaptarse al
ritmo del cambio.
Los
centennials, nacidos a partir de 1997, son los primeros
nativos 100% digitales: se han criado entre pantallas y siempre conectados a Internet y a las redes sociales. Muy pronto se convertirán en la principal fuerza laboral y en el grupo consumidores más amplio. Si tu empresa no es todavía digital, sus opciones de supervivencia van a ser complicadas.
La visión del mundo de los Z está basada en la inmediatez y en la eficiencia. Sin embargo, son también personas que, por haber sufrido dos crisis económicas, la de 2008 y la actual provocada por la COVID-19, actúan en líneas generales de forma conservadora respecto al dinero y la estabilidad laboral. Son autodidactas en cuestión de
educación financiera y se marcan propósitos de ahorro.
Tu empresa debería conocer esto y saberlo identificar para crear las estrategias más adecuadas. Para lograrlo, necesitas contar con un
sistema de Inteligencia Artificial y analítica avanzada, que te permitan desarrollar
modelos predictivos para saber, con mayor probabilidad de acierto, qué necesitan tus clientes actuales y potenciales, como los
centennials.
La empresa que obtenga la
mejor información de inteligencia y modelos predictivos es la que llevará la delantera frente a sus competidores.
Esto aplica no solo en términos de marketing para ganar y fidelizar consumidores, sino también a la
captación de talento: ¿cómo tu empresa se va a asegurar el mejor capital humano que le permita seguir siendo competitiva en el futuro? Tienes herramientas para garantizar una
mejor gestión inteligente de tus colaboradores actuales y potenciales.
Enterprise Resource Planning
Para gestionar toda la marea de datos, es fundamental entender que la recopilación de este material para su posterior distribución es una de las claves del éxito. Ahí surge la necesidad de incorporar un
ERP inteligente (Enterprise Resource Planning) a la empresa. Se trata de un software de gestión empresarial que combina de forma centralizada datos y procesos de negocio.
Los
sistemas ERP
integran tecnología, procesos y personas en una estructura de datos única y en una base de datos común, que garantiza que toda la información que utiliza la empresa entra de forma consistente en el sistema y sale de esta construcción centralizada para servir a necesidades específicas en diferentes áreas de la compañía. Dicho de otro modo: aporta orden al caos.
Esta fuente de datos común se interconecta con todos los procesos y flujos de trabajo. Es el corazón de una empresa moderna, donde los datos son el flujo sanguíneo.
En general, para tener éxito al elegir un ERP inteligente que gestione de forma óptima el manejo de los datos necesitas desarrollar cuatro pilares:
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Crea procedimientos sólidos: tienes que contar con una
plataforma ERP intuitiva y colaborativa, que analice la información y permita la clara visualización; asimismo, debes estructurar una cadena de suministro de esos datos, de forma fiable, estandarizada y con la calidad requerida, que permita ir alimentando la plataforma en el tiempo.
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Construye una cultura de gestión de datos: tus colaboradores deben comprender el valor estratégico de la información analítica y para eso hay que trabajar en la cultura de la organización, creando un
clima abierto, donde los datos se compartan y sirvan para ir incrementando ese valor estratégico. Lograr integrar un
flujo constante con la información de todas las áreas de negocio, te permitirá tener el control y tomar las mejores decisiones, tanto en términos de rentabilidad como de sostenibilidad
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Cuenta la historia detrás de los datos: el
Big Data significa no solamente la acumulación de muchos datos, sino su interpretación y correcta visualización. Por eso, el equipo que maneje los datos de la organización tiene que contar con el talento necesario para leer lo que está detrás de ellos: entender la evolución y anticipar tendencias. En otras palabras,
convertir los datos en
insights. Eso te permitirá tomar decisiones fundamentadas en los motivos reales de tus grupos de interés.
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Convierte la información en valor: diseña objetivos claros, medibles y comprobables, con métricas específicas y periódicas, para que los reportes de tus analíticas a través del tiempo sean consistentes y se transformen en un
activo intangible de la organización, creando valor y permitiendo a la empresa ganar competitividad en el mercado.
Fortalecer tus
sistemas de inteligencia empresarial, apoyándote en la tecnología ERP y la gestión de los grandes datos, hará a tu organización más resiliente y sostenible a largo plazo.
Anticiparás posibles riesgos, mejorarás la experiencia del cliente, alinearás mucho más tu fuerza de trabajo, incrementarás la eficiencia de tu cadena de suministro y controlarás costos y recursos de forma más conveniente para la salud financiera de la compañía.