¿A qué nos referimos cuando hablamos de fusiones y adquisiciones? En el caso de la fusión nos encontramos ante dos organizaciones que deciden combinarse para crear una nueva entidad, enfocándose en lograr el alineamiento estratégico de ambas.
Esta combinación puede ser exitosa y crear mucho valor, como sucedió en el caso de la fusión de Exxon con Mobil en el 1998 o puede resultar un fracaso, tal y como resultó la fusión de AOL y Time Warner en el año 2000. La compañía resultante no perduró ni una década y se deshizo en el 2009.
Respecto al concepto de adquisición, se refiere a que un individuo, una empresa o un fondo de inversión tome el control de una organización. Y esto puede ocurrir de forma amigable u hostil.
La receta para que ambos procesos sean exitosos es definir los objetivos estratégicos de la operación, tanto para la compañía compradora como para la adquirida, y que estos sean claros y compartidos. También deben establecerse unos KPIs alineados con la estrategia a fin de contar con instrumentos que permitan hacer un seguimiento del éxito de la transacción.
Generalmente estas situaciones se dan para realizar una integración vertical de la cadena de valor, ganar cuota de mercado mediante adquisición de competidores, acelerar la innovación (el eterno dilema “build vs. buy") y realizar sinergias y economías de escala.
Una vez establecidos los objetivos, la meta deseada se debe trabajar para lograr involucrar a las personas necesarias en el proceso. En este punto, es importante colocar el foco en los asuntos culturales y emocionales, donde surgen brechas que pueden abocar el proyecto hacia el fracaso.
Todo lo explicado hasta ahora debe estar detallado en un plan de negocio. Es necesario que en el plan se contemplen distintos aspectos como finanzas, tecnología, sistemas, organización, procesos, incentivos, modelos de negocio, ventas, canal de distribución, mercadeo y, por supuesto, el público objetivo, invirtiendo tiempo en el cliente potencial y comunicándole qué está sucediendo.
Se puede afirmar que tanto las fusiones como las adquisiciones se encuentran actualmente en un momento muy interesante, incluso con la incertidumbre del mercado actual. A pesar de las dudas causadas por los riesgos geopolíticos, los nuevos brotes de la COVID-19 y otros factores como la inflación o la subida de los tipos de interés, están apareciendo oportunidades en diferentes segmentos, como los servicios al consumidor digital, los modelos de negocio sustentados en datos (AI / ML) y la tecnología.
Esta última, aún siendo un concepto muy amplio, se refiere a aquella aplicada a sectores tradicionales: healthtech, regtech (regulation), fintech, proptech (Property and asset management), insurtech, etc.
Las fusiones y las adquisiciones son excelentes estrategias que contribuyen a aumentar la cuota en un mercado en el que ya se compite, más que adquirir marcas fuertes en entornos locales o introducirse en un mercado por vez primera vez.
Sin embargo, a pesar de las buenas perspectivas, los empresarios no deben lanzarse a la aventura de las fusiones y adquisiciones sin un acertado asesoramiento por parte de un experto.
Para esto, siempre recomendamos identificar el talento que cumpla con los siguientes requisitos: una alta capacidad de aprendizaje, un mix competencial de análisis, planificación y operatividad y, por último, liderazgo y automotivación, puesto que su rol exige cierto aislamiento por la confidencialidad de las informaciones que se manejan.
Con todo esto, sin duda, estamos ante un panorama atractivo y que puede potenciar el crecimiento de muchas organizaciones si saben apostar decididamente por el camino de las fusiones y adquisiciones.