El fundador de Oracle fue amigo de Steve Jobs, a quien ya conocía exponiendo en un escenario. Conoce su historia aquí.
No se hace un imperio sin saber exponer tu idea y venderla ante un grupo de inversionistas, o compradores. Uno de los mejores ejemplos es Larry Ellison, un auténtico genio que encumbró a la empresa manejadora de datos Oracle.
Larry Ellison decía que había tenido todas las desventajas necesarias para el éxito, pero algo en lo que destacó fue en su habilidad para las exposiciones en público. Vamos a ofrecerte algunos consejos que puedes tomar para tu próxima venta ante un auditorio de los productos o servicios de tu pyme.
Lo primero es conocer bien a tu público, para lo que debes analizar a quién van dirigidas tus palabras. Investiga sus intereses, motivaciones, los vínculos con tu pyme e inclúyelos en tu exposición, teniendo en cuenta el mensaje principal, así como los puntos que necesitas enfatizar. Recuerda que cuanto más se identifique el oyente con tu exposición, mayor será tu influencia.
Por supuesto, una presentación impactante no se consigue sin ensayar, y eso depende del empeño que tú le pongas. La mejor técnica es repetir tu discurso una y otra vez en voz alta para internalizarlo y reducir el riesgo de equivocación. Además, practicar te ayudará a lucir confiado ante el público.
Te recomendamos la regla 10-20-30. ¿No sabes en qué consiste? Este método lo inventó Guy Kawasaki y consiste en lo siguiente: Si utilizas una presentación digital para dinamizar la exposición, no debe tener más de 10 diapositivas, 20 minutos de duración, ni menos de 30 puntos en el tamaño de letra empleado.
Mucha gente de éxito comienza con una historia. Esta táctica funciona como un enganche al resto de la exposición. Debe ser una historia entretenida con la cual todos los presentes puedan identificarse. Captar el interés desde un principio e introducir las ideas principales de forma amena te ayudará a controlar la presentación.
Tendrás una buena conexión con el público si mantienes el contacto visual. Mirar directamente a los ojos es la forma más efectiva de persuadir. Quienes te escuchan deben sentir que el discurso se pensó especialmente para ellos, contemplando sus necesidades e intereses conectados con tu pyme.
Te recomendamos que repitas tu argumento principal. Es importante que al finalizar tu exposición, el mensaje principal persista claro y fuerte en la mente de los oyentes. Las palabras verbalizadas desaparecen en su articulación, por lo tanto, para fijarlo necesitarás reiterarlo al menos tres veces durante la exposición.
Y, finalmente, insistimos: procura memorizar tu exposición. Conocer el discurso a la perfección genera credibilidad. La vacilación juega en contra a la hora de persuadir, recuerda que todos los ojos estarán puestos en ti. Leer no solo distraerá a los oyentes, sino que transmitirá la sensación de que no entiendes tu propio mensaje.