Con el lanzamiento del libro “La economía naranja: una oportunidad infinita" en el 2013 por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los autores Felipe Buitrago e Iván Duque, presentaron al mundo por primera vez el concepto de economía naranja y su importancia para el crecimiento de las empresas emergentes que tienen como base la creatividad, el talento y la cultura.
Para estas empresas, cuyo valor radica en el contenido de propiedad intelectual para promover la cultura y la creatividad, Buitrago y Duque crearon una guía con siete aspectos que necesitan para fortalecer su impulso.
1. Información: uno de los grandes problemas para el desarrollo de la economía naranja es la falta de información y el desconocimiento entre la relación conceptual de lo que es cultura y economía. Esto conlleva a que el sector creativo tradicional involucre herramientas cuantitativas que permitan el análisis de costo – beneficio.
También es necesario generar datos que se puedan usar a su favor, como la cantidad de empleos generados, producción de libros, cantidad de entradas al cine, número de televisores o dispositivos electrónicos por habitantes, etc.
2. Instituciones: es fundamental incorporar la responsabilidad pública de las instituciones, para que agreguen valor a la gestión cultural, la propiedad intelectual y el trabajo de los creativos, así como también para cambiar la percepción de que es un gasto, y no una inversión, ya que estas instituciones son un mecanismo estratégico de cooperación y coordinación para el progreso de la economía naranja.
3. Industria: el dinero y su manejo suele ser un tema que comúnmente se trata aislado en el desarrollo de las industrias creativas, desconociendo la importancia de que quienes lideran las empresas basadas en la economía naranja, aprendan a trabajar con herramientas básicas de contabilidad, mercadeo o las leyes que regulan este sector para evitar el fracaso.
4. Infraestructura: es importante definir la infraestructura que mejor favorezca al crecimiento de una empresa creativa. Ya sea física (museos, teatros, parques, galerías) o digital (internet, radio, televisión), lo importante es que faciliten el intercambio cultural y permitan que el consumidor acceda con facilidad a contenidos, artistas y creativos.
5. Integración: se requiere de una cooperación entre las naciones para nutrirse y sacar provecho a la economía naranja en conjunto. Se ha demostrado que el mayor porcentaje de las exportaciones de bienes creativos se dirige a naciones desarrolladas, por lo que los países de Latinoamérica y el Caribe necesitan generar más vínculos entre ellos para acceder a mercados internacionales.
6. Inclusión: la cultura y la creatividad tienen intrínseca una connotación de inclusión. Un punto a favor que tiene la economía naranja, es la capacidad de extender su alcance y regenerar a todo el tejido social, gracias a sus actividades culturales, integrando las comunidades en la creación de contenido artístico y creativo.
7. Inspiración: los artistas y creativos necesitan tener la oportunidad de manifestar su arte. Compartiendo con otros mantienen viva la motivación, sin dejar de lado que la práctica, combinada con el talento, es lo que realmente les garantizará ser los mejores en lo que se propongan.
La clave del éxito de los líderes de empresas culturales y creativas radica en la valentía para asumir riesgos y experimentar, dando rienda suelta a su imaginación.