Todos, de alguna forma u otra, hemos experimentado los beneficios que trae para nuestro estado de ánimo escuchar las tonadas de esa canción que tanto nos gusta.
Todos, en mayor o menor grado, escuchamos un ritmo que nos motiva a pararnos a bailar desde donde nos encontremos (o a intentarlo al menos).
También es bien sabido que la música incide positivamente en nuestros sentimientos y emociones.
Como afirma Aisha Syed, distinguida violinista clásica dominicana de categoría internacional, la música es una gran herramienta para canalizar emociones y manejar todo tipo de crisis.
Y es muy cierto. ¿Qué tal si te decimos que a través de la música incluso se pueden lograr cambios en la conducta de las personas y ayudarlos a entenderse mejor a sí mismos y a su entorno? La música logra, incluso, que individuos inadaptados puedan encajar mejor en la sociedad.
Es decir, es posible utilizar la música con otros objetivos que no son plenamente de entretenimiento o artísticos, sino con un fin terapéutico, de salud física y mental.
La musicoterapia es un proceso de intervención sistemático, en el cual el terapeuta ayuda al paciente utilizando la música y sus elementos como sonido, ritmo, melodía y armonía.
Esto se hace con la finalidad de encontrar o restablecer facultades de comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización u otros objetivos terapéuticos relevantes, a fin de asistir a las necesidades de salud del individuo.
A lo largo de la historia, muchas civilizaciones han reconocido la influencia que tiene la música en las personas. Por ejemplo, ya en los papiros médicos del año 1500 A.C., se hace referencia al encantamiento de la música relacionándola con la fertilidad de la mujer.
También entre los griegos, el filósofo Aristóteles fue el primero en teorizar sobre la influencia de la música en los seres humanos, desarrollando la Teoría del Ethos, la cual considera que los elementos de la música ejercen efectos sobre la parte fisiológica, emocional, espiritual y sobre la fuerza de voluntad de las personas.
La musicoterapia trabaja en distintos aspectos esenciales de los individuos como pueden ser:
- Sensoriales. En este aspecto se trabaja la habilidad de respuesta ante los estímulos recibidos. Es decir, la capacidad de detectar, procesar y reaccionar ante estos.
- Motrices. Trabaja la coordinación, el equilibrio y la movilidad.
- Cognitivos. La musicoterapia trabaja áreas de la memoria, la capacidad de aprendizaje, la imaginación y la atención.
- Por último, también se trabajan aspectos socioemocionales como la inteligencia, el control de las emociones, el autoconocimiento de las propias emociones y su expresión y comunicación.
Entre los beneficios de la musicoterapia podemos mencionar que ayuda a los pacientes a empatizar, a conectar, a expresarse y a comunicarse con su entorno. De esta misma manera, también puede ayudar con la motivación y la interacción.
Asimismo, su aplicación abarca distintas áreas de tratamiento, y hoy en día la investigación sobre la musicoterapia se realiza con todas las edades y en condiciones médicas como las enfermedades de Alzheimer, Parkinson, parálisis cerebral, autismo, demencia, entre otras.
Las personas que padecen trastornos del espectro autista a menudo muestran mucho interés y respuesta a la música. La musicoterapia puede ayudar a la enseñanza de habilidades de comunicación verbal y no verbal en estos pacientes y, desde ahí, trabajar para el establecimiento de procesos de desarrollo sociales y de comportamiento.
De esta misma manera, las personas adultas mayores con demencia y con otros trastornos mentales se benefician de este tipo de terapias complementarias, al reducir su comportamiento agresivo, a mejorar su estado anímico y a tener mayores episodios de lucidez mental, en el caso de las personas con Alzheimer.
Existe evidencia de que la terapia musical puede incrementar la capacidad de respuesta de los medicamentos antidepresivos. También puede ayudar a tener efectos positivos y duraderos en adultos ancianos que padecen de depresión.
Según indica el psicólogo clínico y musicoterapeuta Luis Armando Rivera, es el ojo clínico del terapeuta musical el que dicta qué le conviene a cada paciente y cómo deben ser manejadas sus enfermedades y emociones.
Asimismo, este experto señala que uno de los beneficios de este tipo de tratamientos es la reducción de la percepción del dolor y de las náuseas en pacientes que estén pasando por procesos de quimioterapia.
En nuestro país se lleva a cabo este tipo de terapia a niños y niñas en edades de 0 a 12 años, diagnosticados con trastorno del espectro autista, Síndrome de Down y parálisis cerebral, que han agotado el proceso de evaluación social, evaluación médica y evaluación del desarrollo, en el Centro de Atención Integral para la Discapacidad (CAID).
Finalmente, estas terapias no son invasivas y traen muchos beneficios para quienes la reciben. Casi a todo el mundo nos gusta la música, y esta es una de las razones principales por la cual podemos decir que la musicoterapia realmente funciona para mejorar y mantener nuestra salud física y nuestra estabilidad emocional y mental.
Por algo el saber popular dictamina que “la música amansa a las fieras".