En el mundo de las inversiones ser proactivo suma, y mucho. Ojo, no hablamos de desarrollar una actitud ansiosa que te haga tomar decisiones no bien meditadas, eso no. Nos referimos a desarrollar una capacidad analítica que forme parte de tu proceso de inversión, en función de tu perfil de riesgo y de tus objetivos.
Si bien en el mercado de valores puedes invertir en productos administrados por parte de especialistas, como son los fondos de inversión, por ejemplo, personalmente debes también dar seguimiento a ciertas variables.
De este ejercicio obtendrás múltiples ventajas, empezando por el hecho de que podrás comunicarte mejor con tu asesor financiero, puesto de bolsa, administradora de fondos de inversión, o cualquier otro participante del mercado de valores con el cual interactúes, aprendiendo cada vez en cada contacto.
La inversión proactiva ha sido un tema que inicialmente hemos abordado en un capítulo de El Valor de tu Inversión. Si deseas escuchar el audio del programa, pulsa el botón de reproducir aquí debajo.
Pasos para desarrollar una actitud de inversión proactiva
El primer paso para desarrollar una actitud de inversión proactiva es sencillo: leer la prensa económica. Allí empezarás a enterarte del desempeño de las principales variables económicas, de las empresas, los hogares, el Gobierno y muchas otras informaciones del mercado.
Establecido el hábito de estar enterado de las principales informaciones económicas, el segundo paso es dar especial atención a la inflación, la tasa de cambio, el petróleo y el PIB.
La inflación es importante porque determina la ganancia real que debes procurar en tus inversiones. Veamos: si esta ha sido de 5% anual y el interés que pagan por el producto de inversión que has adquirido está por debajo de este porcentaje, entonces significa que debes mover tus recursos a otro producto, porque estás perdiendo poder adquisitivo. La inflación se come la rentabilidad de tu producto financiero.
Otros indicadores a conocer son la tasa de cambio y el precio del petróleo por la fuerte incidencia que tienen en la economía nacional y su impacto en el desarrollo, lo cual puede incidir en un aumento o no de los costos de los productos que adquieren las empresas y, ende, en sus costes de operación.
En el caso de la tasa de cambio, recuerda que una norma básica y extendida es no colocar siempre todos los huevos en una sola canasta, de manera que siempre debes estar diversificado en una moneda dura, así puedes repartir el riesgo de tu portafolio por tipo de cambio. Diversificar es una máxima muy recomendable para operar en el mercado de valores.
Finalmente, el otro indicador fundamental es el PIB o Producto Interno Bruto, que es la suma total los productos y servicios producidos en una país en un determinado periodo. Es bueno saber cuáles sectores crecen más sostenidamente, cuáles tienen un crecimiento cíclico y son proclives a sentir el zarpazo de una crisis económica, cuáles tienen perspectiva de crecer con alto potencial en el futuro. Estos cambios te pueden orientar acerca de dónde estar presente invirtiendo tu dinero.
La educación es un proceso acumulativo, la educación financiera también. Construye el activo de ser proactivo, buscando entender cada de vez más los riesgos y oportunidades que implican cada inversión en la que participas en el mercado de valores y serás cada vez un mejor inversionista.