En un artículo publicado por Karla Blanco, directora de Asuntos Corporativos para Intel en Centroamérica y el Caribe Coordinadora de los programas externos de niñas y mujeres en América Latina, expresa que las mujeres interactúan con la tecnología por razones diferentes y de maneras distintas.
Con un mayor manejo de la tecnología, las mujeres conquistan el poder de transformar su vida, la de sus familiares, de la comunidad y la de su entorno.
Mujeres y niñas son dueñas del llamado efecto multiplicador, es decir, tienen habilidades natas para que más personas tengan el mismo acceso al conocimiento que ellas reciben.
Además, cuando son madres, sus hijos tienen más probabilidades de terminar sus estudios y tener una mejor calidad de vida y salud, ya que ellas serán incentivadoras e inspiradoras del conocimiento y de buenas prácticas cotidianas.
Como prueba, entre 2000 y 2010 la renta de las mujeres en América Latina y el Caribe creció y contribuyó a una reducción del 30 % de la pobreza extrema, según datos del Informe sobre el desarrollo mundial 2012: Igualdad de género y desarrollo, del Banco Mundial. Según el estudio, las mujeres empresarias ofrecen similares beneficios económicos a sus países y familia.
Más que en cualquier otro lugar del mundo, las mujeres latinoamericanas están empezando actividades empresariales, pues identifican nuevas oportunidades en sus países, según el estudio del Banco Interamericano de Desarrollo. A medida que más mujeres de la región se han convertido en la fuerza activa de trabajo en las últimas dos décadas, economías nacionales se han expandido. Las mujeres ya lideran; el 23% de las pequeñas empresas de la región, pero sólo el 9% de las grandes. Por eso, ellas son una parte clave en los negocios de muchas empresas, siendo tema principal para la implementación de programas sociales y políticos.