Ahorrar es bueno y necesario. Si bien es cierto que debes realizar ciertos sacrificios para poder reservar ciertas cantidades de dinero, no tienen por qué afectar tu calidad de vida.
Existen personas a las que les cuesta gastar el dinero a tal punto que se convierte en una especie de dolor, incluso ante las necesidades más básicas. Son personas que dejan de lado la socialización, el entretenimiento e incluso su salud, solo por ahorrarse unos cuantos pesos. Se trata de los llamados “tacaños”, un comportamiento que se cultiva generalmente desde la infancia.
Un ahorro sano es privarte de almorzar todos los días en un restaurante y preparar comida en casa. No se trata de que andes con unos zapatos rotos por no comprarte unos nuevos o que dejes que un dolor de cabeza te ataque por no gastar en medicamentos. Pero, de vez en cuando, mereces darte tus gustos y salir a celebrar.
En ese sentido, no vale la pena que te vuelvas un ahorrador excesivo, es necesario que inviertas para poder ver crecer tus recursos. En algunos momentos te irá bien y en otros no tan bien, pero eso es parte de la vida y debes aprender a verla siempre con una actitud positiva.
