Los ciberdelincuentes se apoyan de la continua evolución de la tecnología para poder robar sin tener que entrar a la casa de nadie. Aquí cinco errores que debes evitar para que nunca seas un blanco fácil y estés alerta.
1. Contraseñas débiles y vulnerables
La primera línea de defensa para sistemas informáticos privados y comerciales o dispositivos son las contraseñas, PINs (Números de Identificación Personal, por sus siglas en inglés), y otros códigos numéricos y basados en letras. Sin embargo, aunque muchos no lo crean, las contraseñas con los números en orden consecutivo: 123456789 han sido y siguen siendo las más populares, año tras año.
En el pasado todas sus variantes ocuparon cinco lugares del top 10 de las peores contraseñas. Ni hablar de las contraseñas con los términos 'password' y 'qwerty' + seis letras consecutivas del teclado.
Es por este tipo de claves que un buen ciberdelincuente puede descifrar un estimado de dos tercios de todas las contraseñas existentes en la actualidad muy rápido. Por eso, utiliza contraseñas complejas que combinen números, letras y símbolos del teclado; y por supuesto, nunca uses la misma para cuentas diferentes. Si no tienes idea de cómo crear una, existen aplicaciones móviles y de escritorio que te pueden ayudar a generarlas, administrarlas y guardarlas.
2. Prácticas de correo electrónico flojas o crédulas
Es ficticio que el banco te solicite por correo que inicies tu sesión de internet banking o ingreses o actualices los datos de tu cuenta bancaria. Tampoco es cierto que te sacaste el premio del Powerball y te lo van a avisar por internet. A pesar de las advertencias repetidas sobre reaccionar sin pensar a correos electrónicos o mensajes de textos como estos, donde te piden hacer clic a enlaces malintencionados, la gente sigue cayendo.
No seas otra víctima: no creas en ofertas de empleo repentinas u oportunidades de inversión demasiado buenas para ser verdad. Usa el sentido común y haz la debida investigación para protegerte. Por ejemplo:
- Si se ve o suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no sea verdad.
- Si se ve o parece sospechoso, verifica su origen contactando el supuesto remitente por teléfono, en persona, o por algunos otros medios.
- Si el mensaje no fue solicitado, no hagas clic en ninguno de los enlaces que contiene, ni abras ningún archivo adjunto.
- No reacciones con tus emociones, ya que estos mensajes están diseñados para apelar a tu sentido de miedo, urgencia, entusiasmo o avaricia.
- Detente, y piensa.
3. Dar información sin pensar
En esta era de la plataforma de las redes sociales y las aplicaciones, muchos de nosotros revelamos detalles íntimos o específicos sobre nuestras vidas personales y laborales. Por ello, evita dar este tipo de información. Los delincuentes pueden combinar tus datos extraídos de tus perfiles en redes sociales, webs en las que apareces y muchas otras fuentes que les ayude a completar identidades digitales, registros de transacciones o perfiles financieros.
4. Guardar la información de pago
Cuando compras por internet, registras tu(s) tarjeta(s) de crédito y estos datos se quedan guardados ahí. Pregúntate, ¿en cuántos minoristas has guardado tu información de pago? Es por esto que, antes de comprar y siempre que sea posible, navega en las tiendas de tu preferencia como invitado en vez de crear una cuenta. Solo coloca la información de tu tarjeta de crédito cuando estés a punto de pagar.
5. Pagar con una tarjeta de débito o varias tarjetas de crédito
Muchas personas compran por internet con una tarjeta de débito o varias tarjetas de crédito. Para ambos casos, si un ciberdelincuente obtiene la información de tu tarjeta de débito o más de una de tus tarjetas de crédito, podrías quedarte temporalmente sin ningún método de pago excepto efectivo. Es por esto que es mejor designar solo una tarjeta de crédito para tus compras por internet.