La realidad es que la apertura de la economía y una mayor movilidad de las personas se ha traducido en un aumento exponencial del número de contagiados y en el crecimiento de la cifra de personas fallecidas por la COVID-19.
Esto era algo que ya vaticinaba la comunidad científica: estamos ante un virus que se propaga rápidamente, por vías que en muchos casos todavía son desconocidas o no entendemos del todo y el factor de la movilidad social enciende esa mecha.
Más que un rebrote, nos encontramos ante un aumento exponencial de casos de contagio de un virus que nunca se fue, siempre estuvo ahí: lo único es que ahora, con mayor contacto entre personas, su expansión se acrecienta.
Aún pasarán meses hasta que lleguemos a descubrir una vacuna 100% eficaz y muchos meses más hasta que esa solución pueda producirse en largas cantidades y sea distribuida universalmente. Convivir con el virus y controlar brotes sucesivos será nuestra realidad por algún tiempo.
Al igual que en muchos otros países alrededor del mundo, que sufren la pandemia tanto o más que en el nuestro, los negocios dominicanos se enfrentan de nuevo a un período de restricciones en su actividad, con un estado de emergencia y un toque de queda recién aprobados.
Los ingresos caen, los clientes menguan y el gran desafío es permanecer en el mercado y no desaparecer. Esta es una situación que acusan especialmente las pymes. Por eso, es importante ser proactivo y flexible, capaz implementar estrategias de negocio que permitan mantener la actividad, aunque sea mínima. La creatividad en la gestión empresarial es vital.
De ahí la importancia capital de repensar el modelo de nuestra actividad, descubrir nuevas vías de ingresos y, entre otras soluciones, apalancarse de los beneficios de la transformación digital de la empresa.
Sin duda, la digitalización es una de las fórmulas para blindar el futuro del negocio y garantizar su supervivencia. Pero hay muchos otros factores a considerar, ya sean factores sanitarios, laborales, estratégicos y económicos, que hay que tener en cuenta durante los largos meses que nos quedan por delante.
Debes saber que muchos de los impactos económicos sobre los negocios los veremos no inmediatamente, sino dentro de algunos meses. Por tanto, hay que prepararse.
Enfoque en el corto y en el medio plazo.
Hay demasiada incertidumbre para pensar qué haremos más allá de los próximos seis u ocho meses. Vivimos en un entorno VUCA, que por sus siglas en inglés significa un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo. Por lo tanto, de nada sirve planificar a plazos largos, porque las condiciones, probablemente, cambiarán varias veces en el tiempo.
En este sentido, es muy útil que construyas una matriz de riesgo con distintos niveles de probabilidad para cada uno de los riesgos que pueden afectar tu negocio. No hablamos solo de riesgos financieros: la matriz de riesgo es una herramienta de gestión que sirve para determinar, de forma amplia, cuáles son las amenazas financieras, operativas, laborales e incluso sociales y medioambientales que pueden afectar a una empresa, su probabilidad de ocurrencia y las vías de mitigación de dichos riesgos.
Diseña tu plan de contingencias orientado a minimizar pérdidas de cara a los próximos 6 meses, como mínimo, con mentalidad de ir cambiándolo en el camino, si es necesario ante la evolución de las circunstancias.
Ocúpate del bienestar de tus empleados y conoce en profundidad a tus clientes más fieles.
Empleados, en primer lugar, y clientes, a continuación, son tus primeros grupos de interés. Preocúpate por ellos, ponte en sus zapatos y piensa desde su punto de vista.
Saber gestionar el talento interno y gestionar también las emociones de colaboradores y clientes será fundamental.
Si logras involucrar a tu personal haciéndolo partícipe de la toma de decisiones, de repensar los procesos de la compañía y de hacerles sentir que están en control, esto se traducirá en un mejor servicio a los clientes y en mayor productividad.
Cuida además el equilibrio emocional de tus empleados, aumentando el flujo de información a lo interno de tu empresa, con mensajes claros y asertivos.
Asimismo, invierte en el conocimiento de tus mejores clientes: qué sienten ahora, qué esperan de ti, cómo perciben tus productos y tu manejo de esta situación crítica. Escucha sus planteamientos, porque serán tu mejor brújula en este mar tempestuoso.
Asegura que cumples todos los requisitos en materia de higiene y seguridad.
Los negocios que vayan por el librito e incluso más allá serán percibidos positivamente en la mente de los consumidores, porque les brindan seguridad. También los colaboradores agradecerán que la empresa vele por su salud, proveyéndoles de todo lo necesario para funcionar sin riesgos.
Sé ambicioso en este terreno de la seguridad sanitaria, porque fortalecerá tu reputación en el largo plazo. No lo veas como un gasto, sino como una inversión en salud y, consecuentemente, en imagen y diferenciación en el mercado.
Medidas comerciales que garanticen el suministro.
Esta pandemia nos enseña a enfrentarnos no solo a una crisis de oferta, sino también una crisis de demanda. En ese sentido, tu empresa puede asistir a una caída del consumo o a un pico, dependiendo de tu actividad.
En caso de un servicio esencial, como un supermercado o farmacia, debes prever situaciones de sobredemanda de determinados artículos. Para ello, planifica bien la situación de tu cadena de suministro y busca alternativas de proveedores, en caso de que tus aliados habituales no puedan asegurarte el servicio.
Si, por el contrario, te enfrentas a la caída de la demanda, trata de encontrar nuevos nichos de consumo. Una estrategia es la omnicanalidad: estar más cerca del cliente o de nuevos clientes a través de más canales digitales y la personalización de la experiencia de cliente, que fidelice a los actuales y atraiga a los nuevos.
Entre un escenario extremo y otro, hay situaciones intermedias, a medio camino, que pueden afectar la estrategia de tu empresa.
Alianzas con otras empresas.
No descartes esta posibilidad en momentos de crisis. Apoyarse del sector y de la cadena de valor, colaborar gremialmente en proyectos que impulsen tu actividad y la de los empresarios como tú es algo fundamental en estos tiempos, que además los clientes reciben siempre de buen grado.
Explora esta alternativa con empresas complementarias a la tuya o bien similares, con un enfoque gremial. Dicen que la unión hace la fuerza y una alianza estratégica abre oportunidades significativas.
Identifica estas estrategias colaborativas pensando en un sistema integrado, donde todas las empresas participantes colaboren con sus propias fortalezas para asegurar la sostenibilidad del proyecto y un mayor alcance.
No pienses solo en términos de mercadeo o de operaciones estrictamente comerciales y ve más allá. Colabora con otros pensando en todos los procesos de tu empresa: desde las compras de suministros a la educación y bienestar de tu personal, pasando por la gestión financiera o administrativa de los recursos.
Medidas financieras para garantizar el flujo de caja y la liquidez.
Poder continuar operando es clave, aunque sea con actividad reducida. Pero para lograrlo, tu empresa necesita contar con la garantía del flujo de caja y la liquidez suficiente, que permitan hacer frente a los compromisos del día a día.
Puedes empezar por acciones financieras inmediatas como: estimar el efectivo de las próximas semanas y líneas disponibles para financiar el negocio, revisar el dinero que se espera que circule en el negocio durante los próximos tres meses e identificar posibles acciones para conservar el efectivo a corto y mediano plazo, evaluar y diversificar las fuentes de financiamiento actuales, administrar las cuentas por cobrar, reducir costos adicionales, investigar las fuentes de ayuda gubernamentales para los negocios.
Hay otras acciones que debes mirar. Por ejemplo, habla con el arrendador del local comercial, si es el caso, para llegar a nuevos acuerdos de pago, que te permitan retener efectivo. Conversa también con tu banco sobre la situación de tus préstamos y líneas de crédito o, tal vez, para explorar soluciones de financiamiento que no estabas contemplando.
Sobre todo, entiende que tendrás que tener capacidad de adaptación, porque el escenario será muy cambiante y debes asegurar, ante todo, mantenerte a flote.