Esta es una tierra acariciada por el sol los 365 días del año. Por eso, la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) ve en República Dominicana un alto potencial para continuar ampliando el parque de paneles fotovoltaicos.
Específicamente, el organismo señala que el país puede aumentar la cuota de generación de energías renovables hasta un 44% en 2030, basándose esencialmente en energía solar fotovoltaica (FV), energía eólica y bioenergía.
Se calcula que existen más de 2,100 proyectos de paneles solares instalados en el territorio nacional, en viviendas, industrias y empresas. Proyectos que, además de ser eficientes en el uso de la energía, permiten reducir la huella de carbono y mitigar los efectos adversos del cambio climático.
Las estadísticas de la Comisión Nacional de Energía indican que las plantas fotovoltaicas aportaron el 0.8% del Sistema Eléctrico Nacional al cierre de 2017, cifra que superó en 53.6% al año anterior.
El Banco Popular Dominicano cerró el año pasado 2018 consolidando su posición de liderazgo como la primera institución dominicana con la mayor capacidad de generación de energía solar.
Actualmente, cuenta con 54 oficinas y 26 áreas de parqueos techados con 11,255 paneles solares, los cuales le permiten producir energía limpia para sus operaciones. Estas oficinas fotovoltaicas están distribuidas en 22 provincias y equivalen al 42% del total de oficinas del Banco Popular.
A finales de 2017 recibió el Premio a la Excelencia en Producción Más Limpia (P+L) de Energía, otorgado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Y el pasado mes de junio, este mismo proyecto fue registrado por Naciones Unidas como un NAMA (por sus siglas en inglés), es decir, una Acción Nacional de Mitigación Apropiada, siendo el primero y único banco con ese logro en la República Dominicana.
La instalación de paneles solares se rige por la Ley 57-07 de incentivo a las energías renovables y regímenes especiales, promulgada en 2007, que creó el marco para facilitar la expansión de esta tecnología.
Esta norma establecía que se otorgaba hasta un 75% del costo de la inversión en equipos, como crédito único al impuesto sobre la renta, a los propietarios o inquilinos de viviendas familiares, casas comerciales o industriales que cambien o amplíen para sistemas de fuentes renovables en la provisión de su autoconsumo energético privado y cuyos proyectos hayan sido aprobados por los organismos competentes.
Tras la reforma fiscal aprobada en 2012, se modificó esa norma para reducir el incentivo a un 40%.
Esa disminución de incentivos se compensa por la bajada de precios que la adquisición de paneles solares ha registrado en el mercado dominicano en los últimos años. En promedio, un vatio de un panel fotovoltaico cuesta alrededor de 0.32 centavos de dólar y un panel puede tener de 220 a 360 vatios.
En el mercado, existen fórmulas variadas para financiar la instalación de paneles fotovoltaicos, como la iniciativa Hazte ECO del Popular, que ofrece tasas preferenciales para su adquisición.