El agua es finita, un recurso esencial para la vida que puede desaparecer si no la cuidamos bien. ¿Pero de qué modo afecta al crecimiento económico de una nación?
Sin una gestión adecuada del agua, los países ven afectado el desarrollo de sus economías, al no satisfacer las necesidades de sus ciudadanos y empresas desde múltiples puntos de vista.
Además, una mala gestión del agua puede provocar problemas medioambientales y sanitarios, como la erosión del suelo y la contaminación del agua. Por tal razón, la gestión responsable y adecuada de este preciado recurso es un elemento transversal para garantizar el desarrollo sostenible de una nación.
Gestionando cuidadosamente sus recursos hídricos, un país puede proteger su medio ambiente, al tiempo que aumenta su desarrollo económico. Las grandes infraestructuras hidrológicas como las presas generan numerosos beneficios en la matriz energética de un territorio, que de este modo tiene que depender menos de otras fuentes de energía más contaminantes.
Pero, además, estas mismas presas impulsan otras actividades paralelas, como el turismo y las actividades recreativas o la pesca.
El uso eficiente de los recursos hídricos ayuda a reducir los costes energéticos asociados al bombeo de aguas subterráneas o al suministro de agua potable mediante plantas de tratamiento. Y esto impacta directamente en la calidad de vida de las familias, que necesitan agua suficiente y a precios razonables para beber, cocinar, bañarse, regar, entre otras actividades cotidianas.
No se trata solo de tener agua suficiente, su calidad también importa.
Los sistemas hídricos mal gestionados y mal mantenidos pueden provocar graves problemas de salud a causa del agua potable contaminada o de un saneamiento deficiente. Enfermedades como el cólera y la fiebre tifoidea suelen estar relacionadas con la mala calidad del agua.
Invertir en infraestructuras y desarrollar mejores métodos de recogida de aguas pluviales o subterráneas permite a un país reducir el costo de obtención de agua dulce y, al mismo tiempo, aumentar la cantidad disponible para su uso por parte de la población o el riego de los cultivos, garantizando el rendimiento agrícola y con ello los costos de producción de alimentos y la autonomía alimentaria.
Otro actor sumamente beneficiado por la correcta gestión del recurso agua es la industria. Ya hemos mencionado la agricultura y lo mismo podemos decir de la ganadería, pero hay importantes rubros industriales que dependen del agua. Por citar algunos, la industria manufacturera, el turismo hotelero, el transporte acuático o la construcción. Sin agua, estas industrias no pueden funcionar eficientemente, lo cual acaba traduciéndose en costos de producción más elevados, en la generación de menos empleo y, a largo plazo, en la desaparición de la propia industria, ya sea de capital nacional o extranjero.
Un agua mejor gestionada conduce a mayores inversiones y más ingresos públicos procedentes de los impuestos de estas industrias, lo que a su vez impacta positivamente en el crecimiento económico general del país y en el aumento de calidad de vida de sus habitantes.
Por seguir con el ejemplo del turismo, las masas de agua cuidadas y administradas adecuadamente proporcionan actividades recreativas como la pesca, la natación o la navegación, que atraen a turistas de todo el mundo que aportan ingresos a través de los impuestos o tasas que pagan en los hoteles, restaurantes, parques nacionales y otras atracciones que visitan durante sus vacaciones.
El agua es clave para el desarrollo comunitario, no solo en términos de desarrollo ecoturístico, sino también de diversificación agrícola y ganadera. Es la garantía para romper el círculo de vulnerabilidad en el que muchas de ellas viven.
En conclusión, más allá de saber que el valor del agua, es importante comprender por qué es importante implicarse a nivel individual, municipal, regional y nacional en la protección de este recurso. Y tomar conciencia de ello es fundamental cuando enfrentamos un período prolongado de sequía.
¡Si queremos que nuestra economía siga creciendo de forma sostenible a lo largo del tiempo, necesitamos concienciarnos de llevar a cabo una gestión adecuada del agua a todos los niveles!