La familia es el núcleo social más importante para el desarrollo humano. Las funciones básicas siguen vigentes, como son las de protección, crianza, alimentación, educación, salud, orientación o guía. Además, la contribución altruista para que sus miembros se desarrollen, y logren la adaptación social y su autonomía.
La convivencia familiar expone a experiencias emocionales y sentimentales continuas que pueden calmar, alegrar, entristecer o disparar los niveles de tensión o angustia. Dependerá de la calidad de las relaciones, de los vínculos de seguridad y confianza establecidos.
La familia es la red de apoyo primaria; ofrece sostén, orientación, guía, sentido de pertenencia y continuidad. En mi experiencia, he encontrado que las familias pueden funcionar como una tribu organizada con asignaciones y roles específicos que se ejercen según las circunstancias lo ameriten.