Los pasatiempos responden a un anhelo muy personal, a una pasión que puede que mantengamos dormida bajo las excusas de la siempre falta de tiempo o recursos. Como la capacidad de nuestra mente para
generar ideas que constituyan verdaderas barreras hacia nuestras metas es infinita, resulta que puede que con el tiempo se vayan sumando prejuicios que nos impidan desarrollarlo.
Elige tu deporte y planifícate: los más populares son correr, ciclismo, buceo, natación y patinaje. Hay que planificar los costos del vestuario y los equipos que necesitarás y además
contar con un fondo monetario para hacer actividades en grupo.
El artista que vive en ti: siempre existirá el camino autodidacta o el camino de la formación. Tomar un curso inicial puede ayudar a que cuentes con los elementos para continuar desarrollándote por
tu cuenta y siempre es sabio recurrir a la manada para retroalimentarte, aprender de otros y compartir tus inquietudes.
Los más populares: fotografía, escritura, pintura, música y baile.
Cocina
Puedes elegir especializarte en una nacionalidad o en algún segmento específico: postres, carnes, pescados y mariscos, entrantes, caldos y sopas, arroces, pizzas, etc. En caso de requerir una guía directa,
acude a cursos de cocina, los hay desde puntuales y enfocados, hasta técnicos y profesionales.
Este pasatiempo te hará muy popular entre tus amigos y familia... Además, puede convertirse en una actividad autosustentable si decides poner precio a tus delicias y quién
sabe puede resultar ser el negocio que añorabas.
¿Cómo lograrlo?
• Retoma un pasatiempo que se te dio bien en alguna etapa de tu vida.
• Prueba entre las opciones que tienes a mano y elige con cuál o cuáles te quedas.
• Si es un deporte, escoge y busca un grupo para practicarlo. Planifica los costos en vestuario, equipos y lugares para practicarlo.
• En el plano artístico puedes elegir ser autodidacta o tomar cursos de fotografía, escritura, pintura o música.
• Si tu pasión es cocinar, puedes especializarte en un área o tipo de comida por nacionalidad.
• Destina una parte de tu presupuesto para poder financiar los costos colaterales de tu pasatiempo, sobre todo cuando se trate de inversiones más grandes como cursos, viajes o la primera compra de equipos.
También pues optar por créditos personales en esos casos, planificando tus pagos para honrarlos puntualmente.