Se ha dicho de múltiples formas, pero está claro que el mundo cambió con la pandemia de la COVID-19 y eso ha impactado y seguirá impactando la forma de actuar de las organizaciones.
Ese es, sin dudas, un riesgo claro al que se enfrentan las empresas, que ha obligado a transformar profundamente su manera de operar y relacionarse con empleados, clientes, proveedores y otros grupos de interés.
La pandemia ha evidenciado que nos movemos en un entorno VUCA, un entorno de volatilidad (volatility), incertidumbre (uncertainty), complejidad (complexity) y ambigüedad (ambiguity). E incluso hay teóricos que abogan por un paso más allá y citan el entorno TUNA, acrónimo de Turbulencia, Incertidumbre, Novedad y Ambigüedad, pasando así de la volatilidad a la turbulencia permanente.
Sea como sea, las empresas se mueven en un terreno incierto, pantanoso, donde se han visto obligadas a reaprender muchos procesos e incluso a reinventarse.
Contar con un mapa de riesgos ayuda en la estrategia, definitivamente. Es algo necesario para el accionar empresarial hoy día. Pero riesgos hay muchos, demasiados. ¿Cómo identificar aquellos que realmente pueden impactar más a las empresas?
La decimosexta edición del Informe Global de Riesgo, publicado por el Foro Económico Mundial, destaca anualmente las implicaciones de los principales riesgos que se han identificado internacionalmente. Riesgos o megarriesgos, que pueden propiciar una renovación radical a nivel económico.
En la última edición, por supuesto, se incluye la pandemia de la COVID-19, pero se presentan varios más.
Este informe es producto de una red de casi 700 expertos y tomadores de decisiones en todo el mundo que colaboran con el Foro Económico Mundial y está basado en una encuesta sobre sus preocupaciones para la próxima década.
Ya en el año 2006 el informe había destacado la posibilidad de una pandemia mundial y lo que para muchos parecería una predicción digna de Nostradamus, cayó como una losa de realidad en 2020. Y a un año de haberse decretado los confinamientos, todavía estamos viviendo la pandemia en su máxima expresión y con consecuencias que ya se habían vislumbrado 15 años antes.
Esto nos dice que cada situación debe traernos un aprendizaje. Por eso debemos enfocarnos en poner atención a las advertencias y fortalecer la previsión estratégica, en términos de riesgos, de las empresas.
De ahí el valor de este informe, que analiza los principales riesgos globales desde dos perspectivas: su grado de probabilidad y el nivel de impacto en la sociedad.
En este sentido, si estás al frente de una empresa, anota bien estos 10 riesgos con mayor probabilidad de ocurrir, de un total de 35 riesgos globales identificados que incluye la lista:
- Clima extremo.
- Fracaso de la acción climática.
- Daño ambiental humano.
- Enfermedades infecciosas.
- Pérdida de biodiversidad.
- Concentración de potencia digital.
- Desigualdad digital.
- Fractura de relaciones interestatales.
- Fallo de ciberseguridad.
- Crisis de medios de vida.
Dentro del panorama de riesgos emergentes que plantea el informe, se destaca que la falta de acceso a la información y el crecimiento acelerado de la digitalización promete beneficios y mejora social; sin embargo, entraña también serios riesgos en cuanto al ensanchamiento de la brecha digital y puede ser causa de aumento de la desigualdad debido al ritmo asimétrico de crecimiento.
Si estos temas no se abordan rápidamente, se erosionará aún más la cohesión social, según plantea el informe. Así que pregúntate, ¿cómo está tu empresa respecto a este riesgo? ¿Qué hace o podría hacer para mitigarlo y beneficiar a sus grupos de interés?
En líneas generales, esta situación afectará en particular a los jóvenes de todo el mundo, que se enfrentan por segunda vez en una generación a una crisis mundial. Aquellos en condiciones vulnerables podrían perder por completo cualquier oportunidad de desarrollo en la próxima década.
Asimismo, la falta de acción sobre el cambio climático domina el panorama de riesgos en 2021, al igual que el año pasado. A pesar de la pandemia, los riesgos ambientales ocupan el lugar más destacado en las perspectivas de riesgos.
Analiza si tu empresa contribuye al riesgo ambiental con su accionar o lo mitiga. Ahí tienes un plan de acción de largo desarrollo que puedes adoptar para convertir el riesgo en oportunidad.
Apóyate en instrumentos financieros sostenibles, como los que incluimos en nuestro portafolio de finanzas verdes Hazte Eco, que ayuden a tu empresa a lograr ser un ciudadano corporativo con conciencia ambiental.
Otro riesgo creciente es el relacionado con las amenazas a la ciberseguridad, que entra en el listado de prioridades que toda empresa debería atender. La mayor digitalización de procesos y servicios es una enorme ventaja en términos de competitividad, pero también conlleva serios riesgos.
Hoy día cualquier organización, sea grande o pequeña, puede verse impactada por ataques a la seguridad cibernética, como phishing o el secuestro de los datos sensibles vía ransomware, entre muchas otras clases de ciberataques. Si es el caso de tu compañía, ponle remedio.
Así que vuelve a preguntarte: ¿está tu empresa preparada para sobrevivir a un ataque a la seguridad informática?
Entorno de riesgos permanentes
Según expresa la experta en comunicación Natalia Sara, en su artículo: “The Global Risks Report: los riesgos de crisis a los que se enfrentan las organizaciones", este informe es una herramienta que da una orientación precisa de contexto para que las empresas puedan anticiparse y prepararse para tomar las mejores decisiones en un entorno de riesgos permanentes, que pueden afectar la continuidad de los negocios y que plantea un desafío importante en términos reputacionales, donde la recuperación de la confianza va ser prioridad.
En este sentido, las empresas deben tener en cuenta cada día más variables y escenarios de amenaza constantes, deben saber anticiparse y planificarse, tener capacidad de respuesta frente a sus públicos de interés. Y saber que todos sus públicos importan, por lo que deben desarrollar una visión multistakeholder.
Necesitan para ello adaptar su cultura corporativa a esta nueva realidad del contexto permanente de riesgos para fortalecer la confianza de su marca con todos sus grupos de interés.
Es decir, se necesita una revisión y adaptación del propósito corporativo que vaya en consonancia con las circunstancias actuales, que pueda identificar y resolver los problemas antes de que se conviertan en una crisis.
Las organizaciones que se preocupan por su reputación y se anticipan ante los distintos escenarios de riesgos tienen la capacidad de ser más resilientes, por lo que luego de enfrentar un escenario de crisis, se recuperan más rápido e incluso ven incrementar el valor intangible de su marca.
Por ejemplo, el valor intangible de las empresas ha venido creciendo un 13.2% desde la crisis financiera de 2008 y, de hecho, las grandes marcas como Apple, Amazon y Tesla, luego del declive causado por la pandemia, han visto una recuperación más acelerada. Sus marcas han registrado un crecimiento de valor del 3.8%, según el informe de Brand Finance 2020.