Desde hace ya mucho tiempo, las sociedades evolucionan hacia esquemas más inclusivos, donde la presencia de la mujer en el modelo productivo de la economía es notoria y en muchos sectores, incluso, protagónica.
Quedó desmontado el mito de que las finanzas del hogar deben ser manejadas por un solo miembro de la familia, tradicionalmente el hombre. Los recursos financieros que aportan las mujeres a sus hogares son equiparables o superiores en muchos casos.
La administración eficaz y optimización de los recursos que percibe una familia debe ser responsabilidad conjunta de todos sus miembros, incluyendo los hijos. Ellos son integrantes de pleno derecho y es muy bueno para su desarrollo futuro que participen de la cultura financiera de la familia.
Un propósito común debe prevalecer en el hogar. Los miembros que componen la familia deben aportar para conseguir esa meta deseada, previamente consensuada y planificada. Aquí la palabra clave es lograr la planificación financiera adecuada en la que todos se sientan cómodos.
Mientras más unida esté una familia y más apegada al plan financiero familiar, mejor será su desempeño económico y la creación de su bienestar integral.
No siempre es fácil que todos los integrantes de la familia se pongan de acuerdo en sus sueños y metas; sin embargo, cuando se logra incluir en el plan los anhelos de todos, será mucho más fácil lograr el compromiso colectivo con dicho propósito, ya que se sentirán parte no solo del sacrificio que hay que hacer, sino sobre todo del logro alcanzado como colectivo.
A continuación, te compartimos cinco consejos que te permitirán avanzar hacia unas finanzas saludables en tu familia:
1. Elabora un presupuesto familiar. Es el primer paso que debes realizar. Esto te ayudará a no gastar más de lo necesario. Además les demostrará a todos la importancia de la organización para poder alcanzar las metas propuestas.
Recuerda que un presupuesto no es más que anticipar tus gastos, acorde a tus ingresos reales.
2. Crea un fondo de emergencia. A este término se le llama también “el clavito 911". Es un dinero destinado a resolver cualquier situación no planificada dentro de nuestra cotidianidad. Pero mira bien su nombre: como indica es un fondo para una EMERGENCIA; y no cualquier situación es una emergencia, sino sucesos realmente que entren dentro de esta palabra.
Si quieres saber si algo es una emergencia, evalúa si tiene consecuencias para seguir el curso habitual de tu vida familiar. Aquí entrarían, por ejemplo, una enfermedad inesperada, un daño del vehículo o de algún electrodoméstico esencial del hogar, una situación de desempleo que afecta a alguien del núcleo familiar.
Tu fondo de emergencia debe ser equivalente a un mínimo de tres meses de tus gastos fijos, ya determinados a la hora de hacer el presupuesto. Si puedes ahorrar más, estarás más tranquilo con ese clavito. Aprovecha las cuentas bancarias que te permiten construir un robusto fondo de emergencia.
3. Ahorren con un propósito. El ahorro nunca será fácil, pero si le ponemos un apellido, mayor será la motivación para mantener la constancia y la disciplina que conlleva este concepto.
Algunos ejemplos del apellido que debes ponerle al ahorro son: vacaciones, adquirir un auto nuevo, el inicial de una casa nueva, pago de estudios, entre otros.
4. Eviten utilizar el endeudamiento si no es realmente necesario: El crédito es poder cuando se utiliza de manera correcta. Por esta razón úsalo siempre a tu favor.
No lo utilices como una forma de sostener un estilo de vida, que solo es falsa apariencia. Cuando la familia se une y tiene claridad en este concepto, les resulta mucho más fácil asumir el ahorro como su modo ideal para adquirir bienes y servicios, y utilizar el crédito cuando sea realmente necesario.
5. Enseña a tus hijos el valor del dinero. Si le enseñas el esfuerzo y los sacrificios que debes hacer para conseguir el dinero, tus hijos valorarán más tu trabajo, te verán con orgullo.
Se convertirán en un aliado positivo para la optimización de los recursos del hogar.
Una familia con estabilidad financiera es menos propensa a pasar por problemas internos dentro de su núcleo. Por esto, es vital seguir estos pasos y crear un futuro sostenible de la unidad familiar, con la base de unas finanzas sanas, en cuya construcción participen todos.