La pandemia de la COVID-19 ha ocasionado un descalabro sin precedentes en las economías a nivel mundial, afectando profundamente a sectores estratégicos.
En el caso de la República Dominicana, uno de esos sectores es el turismo. El
alcance de su impacto va más allá de la mera actividad hotelera, pues su cadena de valor es amplísima y recoge actividades de la oferta complementaria, los suplidores de alimentos y mantenimiento, las agencias de turoperadores que traen y llevan a los turistas, la construcción de infraestructuras hoteleras, aeroportuarias, portuarias y de acceso, entre muchas otras.
Un macrosector económico capaz de generar
más del 17% del Producto Interno Bruto (PIB), el 16% de los puestos de trabajo en el país y más de US$7,500 millones anuales en divisas.
Además, el turismo contribuye al Estado con RD$10,987 millones de ingresos fiscales. Además, atrae a la República Dominica uno de cada tres pesos de la
inversión extranjera directa, alrededor de US$884 millones al año.
Y todo eso se ha visto condicionado fuertemente por la llegada de la pandemia y las necesarias medidas para superar esta crisis sanitaria.
En este contexto, los distintos sectores público y privado, así como organizaciones no lucrativas de la sociedad civil, se planteen las
perspectivas para que el turismo resurja en la nueva normalidad, apostando aún más por la sostenibilidad.
En el mundo, el negocio turístico ha demostrado ser siempre muy resiliente, evidenciando en ocasiones anteriores cómo es posible sobreponerse a las adversidades (atentados terroristas, catástrofes naturales, epidemias, crisis económicas).
Como dice la
Organización Mundial del Turismo (OMT) en un reciente informe, “los viajes y el turismo son un sector preparado como ningún otro para ser parte de los esfuerzos mundiales de recuperación más allá del turismo".
Para que eso sea posible, el organismo internacional pide “apoyo urgente y paquetes de mitigación específicos" que ayuden a sostener el empleo y garantizar la capacidad del mercado en la estela inmediata de la emergencia.
De esta forma, el turismo contribuirá de mejor forma a un crecimiento más sostenible, alineado todavía más a los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
No hay que olvidar que tenemos una década para alcanzar estos objetivos, enmarcados en la
Agenda 2030, y no hay tiempo que perder.
Las
recomendaciones de la OMT se enfocan en tres ámbitos de actuación:
- Gestión de la crisis y mitigación de sus efectos
- Suministro de estímulos y aceleración de la recuperación
- Preparación para el futuro
Una mayor apuesta por la digitalización y la inclusión, la generación de confianza en los destinos con mayores protocolos de seguridad e higiene, la competitividad de las propias empresas y el apoyo financiero y gubernamental son un cóctel necesario para que el
turismo dominicano pueda alcanzar estos logros.Recientemente, en el marco de la
Cátedra de Responsabilidad Social Empresarial y Sostenibilidad “Alejandro E. Grullón E.", que auspician la
Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y la
Fundación Popular, se llevó a cabo un conversatorio virtual con el tema “Sostenibilidad de la industria turística pos Covid-19".
Durante el ciberseminario intervinieron el rector magnífico de la PUCMM, presbítero Dr. Alfredo de la Cruz Baldera, y la directora de la Cátedra Angye Rincón, en calidad de anfitriones; los señores Inka Mattila, representante residente del PNUD en el país; Frank Rainieri, presidente y CEO del Grupo Puntacana; y por el Banco Popular Dominicano, José Mármol, vicepresidente ejecutivo de Relaciones Públicas y Comunicaciones; y René Grullón Finet, vicepresidente ejecutivo senior de Negocios Nacionales e Internacionales.
El aporte del sector financiero es un pilar para lograr la
recuperación y fortalecimiento de la industria turística.
En este sentido, el Banco Popular, que
concentra el 47% de los préstamos que el sector bancario le ha dado al turismo, tiene claro que el sector va a salir fortalecido de la crisis, porque cuenta con unos fundamentos robustos.
“Tenemos infraestructuras públicas, carreteras muy buenas; tenemos una infraestructura hotelera, unas habitaciones con una calidad tremenda, con una relación calidad precios muy buena; tenemos una estabilidad social, tenemos una seguridad muy buena que es apreciada por el cliente", indicó el vicepresidente del Área de Negocios Turísticos del Banco Popular Dominicano al ser el invitado de honor en un webinario desarrollado por la
Asociación Dominicana de Prensa Turística (Adompretur).
El Popular, en estos meses pasados y a lo largo de los próximos, se mantiene en sesión permanente, evaluando de manera puntual las
necesidades de capital y de flujo de efectivo que necesitan las empresas turísticas para poder sanearse y recibir de nuevo a los clientes, con miras a la normalización de las actividades en un plazo mediano.