Con motivo del
Día Mundial de las Aves Migratorias, el sábado 10 de octubre, Naciones Unidas celebra un fenómeno de una
enorme importancia medioambiental.
Bajo el lema
“Las aves conectan nuestro mundo", se destaca la importancia de conservar y restaurar la conectividad ecológica y la integridad de los ecosistemas que sustentan los movimientos naturales de las aves migratorias y que son fundamentales para su supervivencia y bienestar.
Esta campaña liderada por la ONU tiene como objetivo crear conciencia sobre las aves migratorias y la importancia de la cooperación internacional para conservarlas. Es promovida por la colaboración entre dos tratados de las Naciones Unidas, la
Convención sobre Especies Migratorias (CMS) y el Acuerdo de Aves Acuáticas Migratorias de África y Eurasia
(AEWA), conjuntamente con la organización sin fines de lucro, con sede en Colorado, Estados Unidos,
Environment for the Americas (EFTA).
En muchos lugares de EE.UU. y Canadá, entre abril y mayo, celebran sus propios días de aves migratorias, en tanto los eventos de otoño son la norma en el Caribe y América Latina.
Con el objetivo de fomentar la concienciación y la educación durante todo el año, las organizaciones conservacionistas insisten en que
todos los días deben ser días de las aves migratorias, debido a que las aves no migran en un solo día.
En nuestro país, desde la
Asociación Dominicana de Fotógrafos de la Naturaleza (ADFONA), nos cuentan en este artículo algunos detalles interesantes sobre las aves migratorias y su paso, o más bien, su larga estadía en la República Dominicana.
Aquí contamos con el privilegio de múltiples especies que nos visitan y que permiten el desarrollo de un
turismo ecológico de enorme valor, que puede incluir estupendas
actividades de avistamiento de aves, a modo de safaris fotográficos. Se trata de un turismo sostenible que aporta a la comunidad y que respeta los espacios naturales.
La
migración de las aves es uno de los más maravillosos fenómenos de la naturaleza. Se encuentra entre las más hermosas, observables y notables experiencias relacionadas con la fauna salvaje.
Las aves migratorias simbolizan la llegada y el fin de las estaciones, proporcionan innumerables servicios económicos y ambientales, y son indicadores de hábitats saludables.
Según la organización
Birdlife International, existen actualmente casi 10 mil especies clasificadas de aves migratorias. Más de 2,000 de ellas están catalogadas en peligro de extinción, otras 1,253 están amenazadas y 843 se consideran casi amenazadas.
Esto significa que una cuarta parte de las aves del planeta necesitan acciones inmediatas para asegurar su conservación en los próximos años.
En general, aceptamos que las aves deciden buscar lugares alternos más al sur, cuando sienten que se aproxima el tiempo inclemente del invierno.
Por esta razón algunas migran hacia la eterna seguridad de los trópicos o incluso más allá, hacia la primavera y el verano australes.
Es particularmente resaltable el vuelo del
Charrán ártico, que cruza de polo a polo el planeta. También la migración de aves limícolas, que aprovechan al máximo los dos meses de verano de la tundra ártica, con sus días largos de entre 14 y 16 horas de luz. Comienzan a viajar al norte desde abril, y ya para agosto muchas de ellas están de vuelta.
En sus viajes por el planeta,
las aves migratorias enfrentan numerosas amenazas como la pérdida de hábitat y la caza ilegal, así como otras amenazas como envenenamientos, colisión con líneas eléctricas, turbinas eólicas y edificios acristalados. También los efectos del cambio climático están amenazando gravemente su supervivencia.
Las aves migratorias dependen en gran medida de una red de sitios, a lo largo de sus rutas de migración, para reproducirse, alimentarse, descansar y pasar el invierno.
Como regla general, la mayoría de las aves abandonan sus
lugares de anidamiento, y vuelan en búsqueda de mejores condiciones junto a los juveniles que nacieron en cada temporada.
Viajan a estos lugares más cálidos, porque encuentran condiciones climáticas adecuadas y el alimento suficiente que les permiten sobrevivir durante la época del duro invierno.
En la Isla Española (República Dominicana y Haití)
se han registrado unos 150 tipos de aves que migran desde el Neotrópico, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Las
aves migratorias en la República Dominicana son numerosas, gracias a la gran diversidad de ecosistemas terrestres con que contamos: lagunas, costas, humedales, saltos de agua. Toda esta conjunción de hábitats es
un auténtico paraíso natural para las aves migratorias que visitan República Dominicana.
Entre las áreas más importantes donde observar a estas aves migratorias están las lagunas Cabral, Oviedo, Saladilla, Limón. Nisibón, Gran Estero, Perucho, Lago Enriquillo, entre otras.
Por abandonar sus áreas de reproducción, a ese viaje se le llama postnupcial. El viaje de retorno para aparearse y anidar se le llama prenupcial. Para ese momento, las aves han renovado sus plumas y han acumulado las reservas de grasa necesarias para emprender el largo viaje de vuelta.
Una herramienta que utilizan algunos ornitólogos para estudiar las aves migratorias es la colocación de bandas y anillos, como se aprecia en la foto del Vuelvepiedras en la selección que acompaña este artículo.
En la República Dominicana, encontramos aves migratorias canoras, como las cigüitas, los zorzales y los vireos. También podemos avistar aves de costas y lagunas como los playeritos, patos y gaviotas. Otras aves migratorias son las rapaces, como algunos falcones.
Desde
ADFONA nos han querido presentar una variedad amplia con cuatro aves limícolas, tres aves canoras, dos rapaces y un
Martín Pescador.
Martín Pescador - Megaceryle alcyon
Autor: Juan Taveras
Águila Pescadora - Pandion haliaetus
Autor: Guillermo Armenteros
Chorlo gris - Pluvialis squatarola
Autor: Carlos Gómez
Zorzal de Bicknell - Catharus bicknelli
Autor: Dax Roman
Playero vuelvepiedras - Arenaria interpres
Autor: Javier Gautier
Merlin - Falco columbarius
Autor: José M. Pantaleón
Candelita - Setophaga ruticilla
Autora: Rosalina Perdomo
Costurera piquicorta - Limnodromus gríseus
Autor: Antonio Parra
Playero picocorvo - Numenius phaeopus
Autor: Francisco Alba
Pegapalo - Mniotilta varia
Autor: Carlos A. Objío S.
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Este grupo de fotógrafos dominicanos de la naturaleza resaltan en esta selección la presencia del
Zorzal de Bicknell, un ave vulnerable según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y cuyas poblaciones están en descenso, porque su hábitat en el invierno son los bosques húmedos de alta montaña de la isla Española, muy frágiles como consecuencia del cambio climático y la depredación para agricultura.
Resaltan los fotógrafos de ADFONA que, aunque anidan en el exterior, todas estas aves son nuestras también, y de hecho pasan más tiempo en nuestro país que en los lugares donde nacieron, y por esto contribuyen de forma importante al
equilibrio medioambiental de nuestra isla.
Por esta razón insisten en que debemos cuidar los ecosistemas que reciben a estas viajeras de ultradistancia, notablemente nuestros humedales y bosques húmedos.
Aquí tienes cinco sencillas ideas que puedes llevar a cabo para colaborar desde casa en la
conservación de las aves migratorias:
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Usa cortinas en tus ventanas. Especialmente si vives en una ruta de aves migratorias, es común que muchas de ellas no perciban los vidrios de una ventana o vean reflejados en ellos la vegetación exterior y piensen que pueden atravesar el espacio, ocasionándoles la muerte. Al poner cortinas, impides el reflejo de la luz del sol o de los focos interiores en los cristales.
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No compres aves silvestres. Es posibles que se trate de aves capturadas ilegalmente. Si lo haces, contribuyes a su extinción.
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Evita utilizar botellas o fundas de plástico. Estos objetos acaban, tarde o temprano, en el mar y las aves marinas (además de otros animales, como las tortugas) pueden confundir las bolsas de plástico o tapas de botellas PET con comida. Los pedazos de plástico se alojan en sus gargantas o tractos digestivos y mueren por inanición o malnutrición. Mejor cámbiate a fundas reutilizables o envases de vidrio.
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Crea un minihábitat. Si tienes un jardín, este es un espacio idóneo para convertirlo en un lugar de descanso para las aves migratorias. Instala comederos y bebederos para que puedan reponer fuerzas. Eso sí, recuerda limpiarlos a diario para evitar la propagación de las enfermedades que pueden traer muchas aves y colócalos fuera del alcance de otros animales.
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Usa la energía de forma más responsable. Las aves son muy vulnerables al cambio climático. Puedes ayudar a disminuir el calentamiento global, si
cambias tu carro convencional por un vehículo eléctrico o, mejor aún, por una bicicleta. Utiliza electrodomésticos eficientes y luces LED. Instala en tu hogar paneles solares.
Contar con un público concienciado y con turistas preocupados por la conservación de la naturaleza es un componente crucial para la conservación de las aves migratorias.
Los
amantes de la observación de aves y aquellos ciudadanos con conciencia son agentes de cambio para extender este mensaje de preservación y alertar sobre las amenazas y cómo contribuir para mantener poblaciones de aves saludables.