¿Alguna vez te has
reído a carcajadas solo porque alguien cerca de ti también se reía? De esas risas que te dan un dolor de barriga momentáneo y satisfactorio; de las que luego afirmas: “¡Ya hice los abdominales de la semana!".
Esas situaciones ejemplifican la maravilla de una buena risa, porque este mecanismo tan humano genera grandes
beneficios mentales, físicos y emocionales: mejora tu humor, contagias de alegría a tu entorno y, de paso, haces ejercicio. Como lo lees, te ejercitas.
En
este capítulo de
Popular Talks, la risoterapeuta Lorena Oliva explica que
cinco minutos de risa sin parar activa 400 músculos del cuerpo, los cuales se mantienen en movimiento todo el tiempo y es equivalente al ejercicio aeróbico. Además, aumenta la oxigenación de los pulmones, regula la presión sanguínea y provoca la liberación de
las cuatro hormonas fundamentales para el bienestar.
Estas
hormonas de la felicidad son la endorfina, que combate el estrés y mitiga el dolor; la dopamina, que eleva el estado de ánimo; la adrenalina, que potencia la creatividad; y la serotonina, que regula el humor, la digestión y el sueño. Por lo tanto, la risa es también una buena herramienta para combatir el
insomnio.
En el
podcast, Oliva explica que existen diferentes
tipos de risa, por lo que no es necesario esperar a que suceda algo gracioso para que te rías y disfrutes de todos sus beneficios. Hay que practicarla a conciencia.
Entre estas
clases de risa, están:
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Espontánea, una expresión auténtica de una emoción.
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Ensayada, la que se logra por un ejercicio voluntario e intencionado, sin necesidad de una causa específica.
-
Inducida, por sustancias o medicamentos.
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Estimulada, como las cosquillas.
-
Patológica, debida a un fallo en el sistema nervioso central. Este tipo de risa no está vinculado a las emociones y es involuntario.
Así, es posible combinar los dos primeros tipos de risa en una práctica de la
medicina alternativa popularmente conocida como
risoterapia. Esta técnica consiste en practicar ejercicios y actividades guiadas, que llevan a los participantes a explorar y combinar la risa ensayada y la risa espontánea.
Es preciso aclarar que no se considera una terapia, pues no cura en sí misma una enfermedad. Es más bien un
instrumento de cuidado alternativo y sin efectos secundarios, que impacta positivamente tu bienestar general.
La risoterapia es utilizada tanto para el manejo de emociones a nivel personal como a nivel empresariales, usándose como herramienta para
promover el bienestar y mejorar el clima laboral.
Ser feliz en el lugar de trabajo es algo que demandan cada vez más los empleados, especialmente los
integrantes de la Generación Z, que están comenzando su trayectoria laboral y cuya forma de entender el mundo es bastante diferente de las generaciones mayores.
Según el
primer estudio “Felicidad Organizacional" de Award of Hapiness, realizado a partir de encuestas a 3,829 directivos y colaboradores de Argentina, España, Uruguay, Chile, Perú, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, México, Ecuador, República Dominicana, la pandemia de la COVID-19 ha afectado negativamente a las personas, que se sienten más ansiosas, solas y cansadas de la virtualidad.
El 61% de personas encuestadas quieren que las empresas
se preocupen más por su salud y un 85% quieren
ser felices en sus respectivas compañías.
En resumidas cuentas, la gente quiere pasarla bien, también en el trabajo. Y practicar la risa en el entorno laboral es, por qué no, una vía tan válida como otra cualquiera.
En
términos personales, la risa ayuda a:
Reducir la
ansiedad y el estrés. Aliviar los síntomas de la
depresión.Reforzar la
autoestima y mejorar las
habilidades interpersonales.
Por su parte, entre sus
beneficios laborales se cuentan los siguientes:
Aumentar la
cohesión en los equipos de trabajo y reducir la agresividad.Elevar los niveles de
productividad.Promover una actitud positiva y buena
comunicación entre los colaboradores.
La risoterapia plantea que
la risa y el sentido del humor se pueden educar y desarrollar. Por ende, podemos aprender a liberar tensión mediante la risa, con dinámicas diseñadas específicamente para tales fines, que a su vez inciden positivamente en nuestra
salud mentaly rendimiento.
Cómo es una sesión de risoterapia
Las sesiones suelen ser grupales y duran, aproximadamente, 90 minutos o más. Se estructuran en seis pasos:
-
Introducción. Los participantes normalmente no saben qué esperar, por lo que se toman unos 15 o 20 minutos para explicar en qué consiste la terapia, su metodología y compartir un poco de teoría. Un principio clave en la risoterapia es: “No venimos a reírnos del otro, sino con el otroy con nosotros mismos".
-
Calentamiento y desbloqueo. Se prepara el cuerpo para la relajación y
soltar los condicionamientos del entorno. Aquí se hacen dinámicas de expresión corporal, de improvisación y se comparten anécdotas divertidas que hayan involucrado risas.
-
Juegos. Es la parte central de la sesión y consiste en actividades diseñadas específicamente para lograr los objetivos planteados. Se suelen llevar a cabo juegos de competición y dinámicas donde los participantes desarrollen la colaboración y el trabajo en equipo. Lo importante es que sean ligeras, divertidas y no resulten agotadoras. Suelen durar entre 40 y 60 minutos.
-
Dinámicas de la risa. Es la fase donde culmina todo el ejercicio y se llega a la máxima expresión de la risa. Para ello, se utiliza el
yoga de la risa, con carcajadas en todas sus vocales y practicando diferentes tipos de vibración. Suele ser la parte más contagiosa y divertida.
-
Relajación. Momento de calmar el cuerpo y las emociones e interiorizar la risa.
-
Cierre y conclusiones. Para despedir, el grupo se coloca en círculo e intercambia sus experiencias durante la sesión, guiados por el moderador.
Inteligencia emocional
Si vives con mucha ansiedad y sientes que tus emociones te dominan, no queremos dejar de compartir contigo algunas recomendaciones que te pueden ayudar a
tomar mejor control de tu vida, además de la terapia de la risa.
Como indica el psicólogo Francisco Cabral
en este vídeo, aunque las emociones son parte natural de la vida, es importante que aprendamos a
sentirlas, interpretarlas, expresarlas y controlarlas, para poder convivir con ellas en paz.
¿Sientes enojo? Quizá alguien ha transgredido una regla importante para ti. ¿Tienes mucha ansiedad? Puede que esta emoción te esté advirtiendo sobre una amenaza que se aproxima. Lo importante es que aprendamos a comprender nuestras emociones
, para lo que recomienda la práctica del
mindfulness y la
meditación.
Por su parte, el coach Luis Minaya
resume en tres pasos el camino hacia la inteligencia emocional:
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Aprende a conocerte: ¿cuáles son tus fortalezas y tus debilidades emocionales? ¿Qué te irrita, qué te hace perder la paciencia? Tus emociones son tuyas, las demás personas no son responsables de tus reacciones.
-
Honestidad emocional: Acepta tus emociones. Es beneficioso que reconozcas cómo te sientes ante las diferentes situaciones. Nadie te “saca de quicio", esa irritabilidad está dentro de ti y es una respuesta interna que das al mundo externo.
-
Desarrolla estas tres habilidades:
- Dominio propio y regulación de las emociones. Que te sientas de una manera determina no justifica que te dejes llevar. Tú decides si permites que tus reacciones ocurran o no.
- Relaciones interpersonales. Aprende a llevarte bien con los demás, pues no son responsables de tu angustia o tus emociones. En la medida en que te conoces a ti mismo, podrás ser más empático con los demás.
- Automotivación. Aprende a generar entusiasmo y a motivar emociones positivas que se expanden en tu cerebro. Ser feliz conlleva un esfuerzo..
Finalizamos
citando a Daniel Ramírez, coach certificado en Psicología del Deporte, cuando dijo: “¿Estás un poco estresado o estresada, tienes ansiedad? Qué bueno, ¡eso quiere decir que estás vivo!"
Esperamos que estas herramientas te ayuden a mejorar tu salud mental. Empieza riéndote.