Planifica:
Una vez a la semana, por ejemplo, los domingos, realiza un menú de opciones de lo que comerás durante los próximos siete días. Así cuando vayas al supermercado, llevarás contigo un listado de lo que realmente estarás necesitando durante esa semana, y evitarás hacer compras innecesarias. Asegúrate también de haber comido algún snack antes de ir al supermercado. Se ha comprobado que cuando tienes hambre y vas de compras, el impulso por llenar el carrito puede aumentar
Compra:
Aprovecha las verduras, frutas y vegetales según su temporada, ya que podrías ahorrarte dinero. Por ejemplo, puedes encontrar el mango, la cereza y la guayaba en primavera a un buen precio; aprovechar del brócoli y la berenjena entre enero y mayo; y el aguacate de junio a octubre. Investiga según tu zona dónde está ubicado el mercado local más cercano.
Organiza:
Este es uno de los consejos más importantes para lograr el éxito. En la semana, selecciona dos días – podrían ser los lunes y miércoles – y encárgate de preparar y cortar todos los alimentos que sean necesarios. Por ejemplo, las zanahorias, la cebolla, la lechuga, ajíes y los frutos secos. Esto te ayudará a no sentir pereza de cumplir con tu menú y al mismo tiempo de no caer en la tentación de gastar dinero adicional comiendo fuera de casa con la excusa de “que es más cómodo”.
Disfruta:
Con una planificación y organización adecuada, ganarás también tiempo, el cual podrás utilizar para tener una rutina de ejercicio. Puedes correr o caminar por las mañanas unos 30 minutos; si tienes una bicicleta en casa, sácala y define una ruta cercana. Lo más importante es que disfrutes hacer una actividad física y que esto te permita sentirte con energías para el resto del día.