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¿Qué hacer para mayor disfrute de una función teatral?
-Si decidió asistir al teatro, estudie bien la cartelera, edificándose en torno a lo que esta le ofrece. Busque en las redes, en periódicos o revistas, toda la información referente a las distintas obras y elija aquella que más se aproxima a los estilos, géneros y elencos de su predilección.
-Cuando haya hecho la selección de la obra, asegure su boleta comprándola antes de la función. Ya la tecnología nos permite hacerlo vía internet o si no tiene esta posibilidad, adquiéralas en la boletería del teatro con antelación para que no pase por la desagradable sorpresa de que al llegar al lugar estén agotadas. Antes los teatros usaban la modalidad de reserva, hoy son muy escasos los que continúan esa práctica.
-Los teatros equipados con nuevas tecnologías, nos permiten seleccionar el asiento que preferimos. Trate siempre de buscar el centro. Nunca elija las 3 primeras filas, las últimas de atrás o de los extremos. Hágalo si la única función a la que puede asistir está casi llena y solo hay disponibles butacas restantes de esos lugares, o si su presupuesto no le permite adquirir las mejor ubicadas.
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-Pregunte siempre si las boletas son numeradas o si es por orden de llegada, esto último ocurre mucho en espacios no convencionales tan de moda hoy en día, donde no existe la típica platea del teatro a la italiana. Cuando pasa esto es preferible llegar más temprano de lo acostumbrado para que no le toquen los peores sitios, desde los cuales la visualización es más incómoda. (En nuestros festivales de teatro, siempre es por orden de llegada, no importa la numeración de la boleta, téngalo en cuenta pues esto trae inconvenientes si llegamos con retraso confiando en que tenemos nuestras localidades aseguradas).
-Vístase como más le plazca o como dicte el código de vestimenta del teatro, pero le aconsejaría evitar incómodas fajas o ropas “envarilladas”: se verá de una manera fabulosa (es la única forma que encontré de decirlo sin distinción de género) pero empezará a odiar al dramaturgo, al director, a los actores y hasta a los acomodadores, cuando de estar tanto tiempo en la misma posición, las varillas se le comiencen a enterrar entre las costillas, o le falte la respiración casi a nivel de vahído por haber entrado en ese “artefacto” dos tallas por debajo de la suya.
-Nunca olvide tomar un chal, abriguito o chaqueta en el caso de los hombres para que no pasar frío, pero llevar de base algo que no acalore en caso de que por alguna razón el aire no esté encendido porque falle la energía eléctrica y la planta no lo mueve, porque se haya dañado alguna unidad o esté en mantenimiento, etc. La temperatura en una sala de espectáculos es impredecible. Por ejemplo, ahora el Teatro Nacional está congelando: es nuevo, se está estrenando; pero puede suceder que se tope con calor porque algunas compañías de bailarines o cantantes, sobre todo, obligan al teatro a apagar el aire por demanda de sus artistas. En teatros del exterior, en países fríos, he ido recubierta de lana, además del abrigo que corresponde a la estación, y resulta que te ponen una calefacción a millón y te asfixias, o no te ponen ninguna y hay que ponerse el abrigo de invierno dentro del teatro porque te congelas. Mi consejo es que aquí o en el extranjero vayan preparados para ambos extremos siempre.