Desde hace décadas la comunidad científica ha venido alertando sobre los efectos colaterales de la
industrialización, la masificación de productos y el consumismo exacerbado, que contribuyen a dañar el equilibrio del medioambiente, como consecuencia de la acumulación de gases de efecto invernadero, la pérdida de biodiversidad o la alteración de los ecosistemas,
entre otros
factores que están cobrando un precio muy alto al planeta y a la humanidad.
Si el calentamiento global y el efecto invernadero son las consecuencias tangibles del comportamiento humano, es también cierto que estamos tomando una mayor conciencia y haciendo esfuerzos para mitigarlo y adaptarnos mediante acciones que promueven el
desarrollo sostenible.
El Acuerdo de París firmado en 2015, por ejemplo, fue un paso monumental en los esfuerzos de las grandes naciones para combatir el cambio climático y comprometerse a mantener niveles de emisiones establecidos. Adicionalmente, uno de los objetivos del acuerdo es lograr que las fuentes de financiamiento a nivel global promuevan incentivos para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El auge de las finanzas sostenibles
En los últimos años se habla mucho de
finanzas sostenibles, alineadas a los criterios ASG (Ambiente, Sociedad y Gobernanza; o ESG, por sus siglas en inglés), los cuales tienen como objetivo alcanzar las metas establecidas por las Naciones Unidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Dentro de este amplio espectro, cobran cada vez más fuerza
productos financieros estructurados como los bonos sostenibles: son vehículos financieros diseñados para luchar contra los efectos adversos del cambio climático, el fomento de energías limpias, de soluciones de transporte y construcción sostenibles, la promoción de la diversidad y la disminución de injusticias sociales. Es un ganar-ganar para el planeta, la sociedad, los emisores y los inversionistas.
Según informaciones de Bloomberg, para 2020, el valor de mercado de los bonos sostenibles se estimaba en cerca de US$200,000 millones. Y todos los grandes bancos del mundo están promoviéndolos, al tiempo que reestructuran sus equipos para dar respuesta a la demanda de estos productos.
En alguna ocasión, Ralph Hamers, CEO del grupo bancario UBS, dijo que las instituciones financieras “tienen un papel social que va más allá de ser facilitadores de economías que funcionan bien. También tienen la obligación moral como ciudadanos corporativos globales de financiar un cambio positivo". Y es en este punto que entra en escena la Banca de Inversión.
A nivel general, la Banca de Inversión es un área que
complementa los servicios bancariosmediante asesoría especializada, adaptándose a las necesidades particulares de las grandes empresas con soluciones financieras y estratégicas, incluyendo finanzas corporativas y estructuración de deuda. Es un ente catalizador de
alternativas de financiamientono tradicionales e inversión de capital privado.
¿Pero cómo promueve el desarrollo sostenible la Banca de Inversión?
Una entidad financiera elige cómo orienta su financiamiento, en qué invierte y cuáles son las soluciones que le interesa desarrollar. En ese sentido, puede tomar la decisión de liderar la aceleración que la sociedad necesita para transitar la senda de la economía sostenible, comprometiendo sus recursos en
iniciativas de negocios sostenibles que impacten de forma positiva en el medioambiente y la sociedad.
Por la naturaleza de su función como estructuradora de productos y movilizadora de importantes capitales, el área de Banca de Inversión ayuda a
reunir y activar los recursos necesarios para poner en marcha grandes proyectosde sostenibilidad que contribuyan a combatir fenómenos como el cambio climático, por ejemplo.
En este ámbito se mueve el Área de Banca de Inversión del Banco Popular Dominicano, estando siempre a la vanguardia del mercado de capitales de la República Dominicana y
siendo reconocida a nivel internacional por su operativa. Como parte del trabajo realizado a la fecha, nuestro equipo de Banca de Inversión lidera importantes proyectos de sostenibilidad que benefician al país.
Como miembros signatarios de los
Principios de Banca Responsable de las Naciones Unidas, en el Banco Popular
apoyamos el desarrollo sostenible de la República Dominicana y muchas de estas iniciativas se canalizan a través de los profesionales de Banca de Inversión. Algunas de ellas son:
- Estructuración de la
primera emisión de bonos verdes en el mercado de capitales de la República Dominicana. En el caso puntual de mercado de capitales, la Superintendencia del Mercado de Valores ha desarrollado lineamientos para estructurar y colocar valores sostenibles o verdes, donde los fondos captados en una oferta pública se destinen, exclusivamente, a financiar o refinanciar proyectos que reporten beneficios medioambientales, pudiendo incluir activos intangibles. En nuestro caso, estructuramos el
primer bono verde del país: elFideicomiso de Oferta Publica de Valores Larimar I, cuyo principal activo subyacente serán los derechos económicos del Parque Eólico Larimar, propiedad de EGE Haina.
- Financiamientos para
proyectos de energía renovable (eólica, solar y biomasa), apoyando la construcción y puesta en operación de más de 7 proyectos de energía renovable en el país, que suman más de 264 MW de capacidad instalada, mediante la
estructuración de financiamientos sindicados que responden a la necesidad puntual del sector. Estos financiamientos fueron en su mayoría sindicados por un
pool de bancos locales, liderados y administrados por Banco Popular.
- Oferta de servicios como
Agente de Garantías bajo la Ley 189-11 para el Desarrollo del Mercado Hipotecario y el Fideicomiso en la República Dominicana, respaldando la inversión extranjera que otorga un financiamiento a empresas locales para proyectos de energías renovables. Estos inversionistas requieren un representante y mandatario local que actúe en su beneficio. Al día de hoy contamos con seis transacciones de energía renovable donde actuamos en calidad de agente de garantías, y en tres de ellas Banco Popular no participa directamente en el financiamiento, sino que ejerce el rol de agente de garantías. En este sentido, fuimos el primer banco aprobado por la Superintendencia de Bancos para fungir como agente de garantías bajo la Ley 189-11.
Como equipo especializado en Banca de Inversión con un enfoque en finanzas sostenibles, contamos con un importante número de
aliados estratégicos a nivel global como son otras entidades financieras
top tier, prestando especial atención a aquellas entidades multilaterales basadas en Alemania, España y los Países Bajos, que son los pioneros en desarrollo sostenible.
Las finanzas sostenibles serán cruciales para financiar las principales iniciativas públicas y privadas a nivel mundial en los años venideros. Al igual que la transformación digital se ha implementado durante la última década, así también la transformación sostenible de la economía se irá desarrollando.
Cada día se vuelve más crucial reducir el
impacto medioambiental que ha venido deteriorando la capa de ozono y acelerando el calentamiento global. Los riesgos climáticos pueden convertirse en oportunidades climáticas, si sabemos aprovechar el camino hacia una economía más inclusiva y sostenible.
Todos los sectores económicos juegan un rol este viaje, identificando los beneficios económicos que la
transición haciauna economía baja en carbono representa. Y, en este aspecto, la Banca de Inversión es y será un aliado clave para detectar esas oportunidades, acompañar a los clientes con estrategias sostenibles y resilientes y seguir innovando en productos financieros que apoyen el importante desafío que la humanidad tiene por delante.
Banco Popular está
comprometido en aportar su granito de arena para asegurar que las futuras generaciones encuentren un planeta más próspero y sostenible.