1 “Un cuchillo afilado es menos peligroso que uno boto”.
Aunque parezca lo contrario, un cuchillo bien afilado garantiza que no tengas que realizar esfuerzo alguno para cortar. Si no está bien afilado, tendrás que presionar más fuerte, y al no tener filo el cuchillo puede que resbale.
2. “Planifica”.
Haz una lista de lo que necesitas. Trabaja con antelación, ten listo o pre - preparado los elementos de tu receta (mis en place) antes de comenzar. ¡De esta forma será mucho más fácil y divertido cocinarla!
3. “Piensa en Umami”. ¿Qué elemento adicional podría realzar lo “sabroso” en tu preparaciones? Agregar toques con ingredientes sencillos como hongos, anchoas, queso parmesano, aceitunas, salsa soya, hasta tomate podrían elevar el sabor de tus platos.
4. “Fresco es mejor”. No necesita mucha explicación.
5. “Trabaja limpio”. Ve limpiando mientras vas preparando, manteniendo un ambiente ordenado e higiénico.
6. “Respeta los ingredientes”. Sus características, sus sabores originales, sus olores, sus texturas, sus nutrientes. Conócelos para que luego formen parte de tu “archivo mental de sabores”. Esto te permitirá tenerlos presente a la hora de crear.
7. “Sazona”. Si es un filete de pescado, haz incisiones en el lomo y entra el sazón por ahí. Si es un pollo o pavo, el sazón va pa’ dentro de la piel. Si es una pierna de cerdo, haz incisiones e incrusta el sazón ahí dentro. Usa tus manos (limpias) y frota bien. Dale tiempo. Deja que el sazón penetre y haga su trabajo.
8. “Respeta el calor”. No solo teniendo cuidado al manipular ollas y sartenes calientes pa’ que no te quemes, pero también respeta el calor en la cocción. Sellar es fuego bien alto… fuego lento es fuego lento. Cocinar a las brasas es tener paciencia y esperar a que el carbón esté en su punto…
9. Agrega la sal al final, y poco a poco. Si queda bajito de sal siempre puedes agregarle más. Si te pasaste….
10. Sal fuera del cajón. Juega. ¡Diviértete!