Como país, debemos generar un cambio a una economía limpia y a un desarrollo sostenible que asegure el bienestar de las presentes y futuras generaciones.
Las autoridades y el sector empresarial deben ser los líderes de ese cambio necesario para la preservación de los recursos ambientales. Pero también es una responsabilidad individual cambiar hábitos para reducir la huella de carbono de nuestra actividad cotidiana.
¿Qué tanto podemos hacer cada uno de nosotros para lograr esta reducción de CO2?
La huella de carbono o huella ecológica es el indicador que cuantifica el volumen total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que son liberadas a la atmósfera, como consecuencia del desarrollo de cualquier actividad.
Esta medición nos permite identificar todas las fuentes de emisiones y establecer así medidas de reducción efectivas.
Y huella de carbono producen todo tipo de industrias y actividades, incluido nuestro día a día.
Cada uno de nosotros producimos una huella ecológica con nuestro diario accionar, desde que nos despertamos hasta que nos acostamos… Incluso, cuando estamos durmiendo.
Ser conscientes del impacto negativo de nuestra huella es vital para poder tomar medidas y poner en marcha las iniciativas necesarias en nuestro día a día que lo reduzcan al máximo.
En este artículo te presentamos algunas recomendaciones que te permiten ser parte de este cambio, reduciendo tu huella ecológica con sencillos ajustes en tu estilo de vida y adoptando hábitos más saludables. Y de paso darle algún que otro beneficio a las finanzas personales.
1. Controlar la temperatura del aire acondicionado. Las Naciones Unidas aseguran, en uno de sus informes para la protección del medio ambiente, que la mejora de la eficiencia energética en la industria de la refrigeración y los electrodomésticos pueden reducir entre 210,000 y 460,000 millones de toneladas de emisiones de CO2 en los próximos 40 años.
Mantener la temperatura de los aires acondicionados en la casa entre 24 y 26 grados genera un ahorro de 1.8 kg de CO2 por persona al año. Adicional a esto, cada vez que bajamos un grado a la temperatura, aumentamos en un 8% el consumo de energía y por ende nuestra factura eléctrica aumenta.
Además, si invertimos en un electrodoméstico eficiente, a la larga el ahorro será mayor para el bolsillo y el impacto al medioambiente mucho menor. En la medida de lo posible, actualicemos nuestros electrodomésticos a tecnologías más eficientes que reduzcan el consumo de energía y, por ende, el impacto ambiental y económico del consumo energético.
Para eso, te ayudamos con nuestro portafolio de finanzas verdes Hazte Eco, con condiciones preferentes para electrodomésticos de alta eficiencia energética.
2. Usar el ascensor. Elegir bajar o subir las escaleras en vez de usar el ascensor significa un ahorro de 5.91 kg de CO2 por persona por año y nos ayuda, además, a mantenernos saludables. Subir las escaleras quema más calorías por minuto que trotar.
Además, mejora el rendimiento cardiovascular y la fuerza muscular, se quema una caloría y media por cada diez escalones en subida y una caloría cada 20 escalones de bajada.
3. Acuéstate pronto. Irse a dormir temprano reduce las emisiones de carbono, según científicos de Universidad Técnica de Yildiz en Estambul.
Si nos acostáramos dos horas antes, se emitirían aproximadamente 4,130 toneladas menos de emisión de CO2 diarias en 38 millones de hogares, al reducirse el consumo de electricidad para iluminación.
Además del beneficio medioambiental, supondría un importante alivio económico para la factura energética de las familias. Siempre que intentemos realizar nuestras actividades diarias durante la luz natural del día tanto como sea posible, el consumo de electricidad disminuirá y el planeta sufrirá menos.
4. Consumo de productos locales. ¿Sabías que solamente con elegir el consumo de productos locales generas un ahorro en tus emisiones de CO2 y también un ahorro en tu bolsillo?
Cada vez que compras y consumes productos y alimentos locales frescos, no procesados, reduces tu huella de carbono, ya que existirá una disminución en la emisión de partículas contaminantes debidas al transporte de larga distancia, ahorrando también costes en procesamiento, almacenamiento y envasado.
Algunos cálculos plantean un ahorro mayor a los 200kg de CO2 por persona por año.
Sumando también con esta práctica el impacto social y económico positivo que generamos en las comunidades productoras de los productos que consumimos.
5. Movilidad sostenible. El transporte es una de las actividades que genera una mayor cantidad de emisiones de co2 a la atmosfera. Debemos apuntar a una movilidad sostenible e inteligente que nos permita organizar mejor nuestras rutas, reduciendo los tiempos de traslado y la generación de CO2 y el costo que tenemos en el consumo de combustibles.
Poco a poco, la electromovilidad va ganando adeptos y las redes de carga para vehículos eléctricos se van extendiendo rápidamente, al tiempo que cada vez hay más oferta de este tipo de automóviles sostenibles para elegir.
A la hora de cambiar nuestro vehículo, consideremos primero el uso que en realidad le damos y veamos las opciones de vehículos de energía limpia que nos ofrece el mercado.
En el portafolio de finanzas verdes Hazte Eco encontrarás facilidades preferentes para montarte fácil en un vehículo eléctrico, financiar incluso un cargador para tu hogar y contribuir de este modo con la sostenibilidad medioambiental.
También tienes la opción de financiar una bicicleta, que es otra solución de movilidad sostenible y, además, con un impacto muy positivo en tu salud.
Incluir en nuestra movilidad el uso de la bicicleta y, por supuesto, caminar más a menudo a lugares a los que podemos ir a pie, tiene un impacto positivo muy notable.
Por ejemplo, un trayecto de 5 km diarios, cambiando el automóvil por la bicicleta, representa un ahorro de 456kg de CO2 por persona por año.
También, el poder tener presente el uso del transporte colectivo es otra importante vía que reduce nuestra huella de carbono.
En todo caso, la movilidad sostenible, sea cual sea la solución adoptada, es una movilidad inteligente.
6. Energía renovable. Como todos sabemos, el consumo de energía en el hogar es uno de los puntos en los que debemos tomar mayor atención por su impacto directo en lo económico, en lo social y en lo medioambiental.
Ya en el mercado tenemos opciones para la instalación de sistemas fotovoltaicos residenciales que transforman nuestra casa en un hogar energéticamente sostenible, con un sistema de paneles solares que nos proveen de energía limpia.
Con Hazte Eco puedes financiar con una tasa mejor que la del mercado los paneles solares para tu hogar. El auge de las energías limpias es imparable.
7. La secadora de ropa. Los tendederos de ropa son una opción amigable con el planeta. Las secadoras de ropa producen una gran cantidad de CO2.
Al no utilizarlas, bajas tu consumo de electricidad (y la factura), dejas de producir dióxido de carbono y, además, tienes como aliado a los mejores secadores de ropas que existen: el sol y la brisa.
8. Aplica las 3R a tu vida (Reducir, Reutilizar y Reciclar). Esta visión inicia en la cultura japonesa como una forma de desarrollar hábitos de consumo responsable y concientizar a tirar menos basura, ahorrar dinero y ser un consumidor más consciente con el planeta, al resultar que su cultura 3R es un gran aliado para reducir la huella de carbono.
La primera R es la de Reducir: el término se define como “hacer menor la cantidad, el tamaño, la intensidad o la importancia de una cosa". Consumir menos, evitar comprar objetos nuevos o de moda que seguramente terminarán en la basura y, por lo tanto, contaminando.
Reducir se refiere a disminuir el consumo de productos que puedan generar algún tipo de efecto contaminante en el planeta.
La segunda R es la de Reutilizar: es, como dice su nombre, volver a utilizar algo, bien con la función que desempeñaba anteriormente o con otros fines. La mayoría de los materiales que se usan diario pueden ser reutilizados de alguna manera, por ejemplo, imprimir el papel por ambos lados, reutilizar ropa vieja dándole nuevos toques o consumir moda sostenible, donar libros o reutilizar los cuadernos que menos usaste en el año anterior, reutilizar una botella como florero, etc.
Y la tercera R es la de Reciclar: es la acción de convertir materiales de desecho en materia prima o en otros productos, de modo que extendemos su vida útil y disminuimos la acumulación de desechos en el mundo. Es reinsertar el material de descarte en la cadena productiva, permitiendo que sea reutilizado y disminuyendo la necesidad de adquirir o elaborar materiales nuevos.
Si reducir y reutilizar ya no son la opción, reciclar siempre lo será. Casi todo se puede reciclar: vidrio, plástico, cartón, madera e incluso la ropa.
Son muchas las acciones que podemos hacer para reducir nuestra huella de carbono y ver el lado positivo de una sociedad más sostenible. Cuidar el planeta está a tu alcance.
El calentamiento global y el cambio climático relacionados con las altas emisiones ponen en riesgo el futuro de la sostenibilidad y la seguridad.
El aumento de CO2 en la atmósfera creció rápidamente en el siglo XX, pasando de estar por debajo de las 300 ppm (partes por millón) en los últimos 800,000 años hasta finales del siglo XIX a llegar a las 412 ppm en 2019.
Todos podemos arrimar el hombro y poner nuestra cuota de sostenibilidad en nuestras vidas, contribuyendo con ello al bienestar del planeta y la humanidad, y acercando más la meta del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.