Poco a poco, nos vamos reitegrando a nuestras rutinas. Son rutinas diferentes,
adaptadas a esta
nueva normalidad.
Es un proceso gradual, que toma su tiempo y requiere paciencia y determinación para que nos acostumbremos a esos cambios.
En este contexto, es probable que tengas
sentimientos encontrados. Por ejemplo, aunque te alivie regresar a la productividad laboral, puede que
laincertidumbre por el futuro o el miedo por contagiarte sean factores que te abrumen y te generen ansiedad.
Es conveniente
aceptar que no regresas a tu vida anterior, tal cual la dejaste, sino que
tendrás que reformular muchos aspectos de tu día a día en esta
“covidianidad".
En muchos sentidos, estás atravesando una fase de
duelo, un proceso que puede afectar tu
rendimientopersonal y laboral, y a tus relaciones familiares.
Queremos ofrecerte
orientaciones útiles para poner orden en tus emociones y que te desarrolles en esta nueva etapa con una
actitud positiva. Lo importante es aprender a manejarte con
inteligencia emocional.
Pongamos las cartas sobre la mesa
Es cierto que algunas personas se encuentran en situaciones más desventajosas que otras para sobrepasar esta situación, pero ninguna condición, por privilegiada o desfavorable que sea, invalida lo que estás sintiendo. Después de todo, has tenido que enfrentar:
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Amargas despedidas.
De un ser querido, del sueño de una vida, del sustento financiero para tu hogar, de ese viaje de vacaciones que llevabas planeando desde hace tanto tiempo. Cada una de estas pérdidas impacta directamente en tus emociones, así que permítete asimilarlas.
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Planes deshechos.
Quizá contabas con que este año
iniciarías eseproyecto emprendedor, en el que has invertido tanto tiempo y dinero. Tal vez, habías planeado una boda grande o
comprar
tu primer apartamento. Sean cuales fueran tus planes para 2020, no cabe duda de que está siendo un año muy distinto a lo que habías imaginado y, posiblemente, te has visto obligado a ponerles freno.
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Trabajo remoto.
Este cambio representa un
motivo de ansiedad para muchas personas, especialmente aquellas que no son digitales o bien las que no cuentan en sus hogares con buena conectividad o necesitan fortalecer su
capacidad de autorregulación y disciplina. Es más duro aún cuando se le suman las funciones domésticas y de educación escolar. Realmente, ha sido un proceso de adaptación difícil para cualquiera, sobre todo, porque ha habido que asumirlo en cuestión de días.
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Distanciamiento social.
En otro contexto, buscarías consuelo en un abrazo amigo. Sin embargo, en los
tiempos del coronavirus la norma es otra. La suerte te ha arrebatado el cara a cara, las visitas a tus ancianos, el compartir familiar, las celebraciones presenciales. Ni siquiera has podido cerrar ciclos adecuadamente y despedirte de quienes se han marchado. Cuando visitas un comercio o el banco, debes cumplir con
medidas de higiene y de seguridad, pensadas para tu protección, pero a las que debes acostumbrarte.
¿Cómo lo has vivido tú?En mayor o menor medida, todos habremos sentiremos
rabia, tristeza, impotencia o frustración en el corto plazo. Los nervios y la ansiedad son aún más severos en aquellas personas que tenían vulnerabilidades previas de
salud mental.
En algunos casos, el cuerpo ha reaccionado ante el
miedo al futuro incierto con cambios físicos, emocionales y conductuales, hasta el punto de quedarse paralizado. O, en el caso de muchas mujeres, han visto un incremento en el
nivel de violencia doméstica que padecen en sus hogares.
Por este motivo, los psicólogos sugieren que primero debemos reconocer nuestras emociones, con el fin de superarlas o trabajarlas para aprender a convivir con ellas. Para esto, te invitamos a que realices las siguientes
meditaciones.
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Identifica dos emociones que definan cómo te has sentido durante esta pandemia.
Piensa cuidadosamente cuáles han sido las emociones predominantes en el tiempo reciente. Es importante que te sinceres y hagas un retrato fiel de cómo has vivido y qué ha significado realmente esta pandemia y confinamiento para ti. - Si al momento de hacer esta reflexión conectas con
emociones positivas, no te sientas culpable. Es beneficioso para tu salud que seas capaz de reconocer lo positivo dentro de una situación compleja. Cada quien tiene su historia.
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Lista tus miedos. Es posible que ahora temas realizar actividades que antes eran cotidianas para ti. Del mismo modo, si ya padecías de ansiedad por dichas actividades, puede que se haya profundizado. Recuerda: no eres la única persona que pasa por esto.
Según los especialistas, los casos de
depresión y fobias sociales que llegan a consulta aumentaron a partir de la cuarentena. Esto se debe, en parte, a que se ha limitado la capacidad de realizar trabajos que nos hacían
sentir bien con nosotros mismos. Con tanta carga de oficios, muchos no lograron incluir
pequeñas gratificaciones en sus rutinas durante el confinamiento.
Algunas de estas
fobias sociales, incluyen:
- Miedo de salir a la calle. Este “síndrome de la cabaña" no es extraño entre personas que han estado encarceladas u hospitalizadas por largas temporadas y temen exponerse a entornos sociales inciertos.
- Miedo al contagio y la enfermedad.
- Agorafobia o miedo a estar en espacios abiertos con otras personas.
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Al exponerte a tus miedos, piensa en las probabilidades. Si en lugar de preocuparte por que las cosas pasarán o no, pones tu enfoque en la
variedad de posibles resultados, puedes reducir tu ansiedad significativamente.
Por ejemplo: cuando salgas al supermercado, en vez de pensar en si te vas o no a contagiar, puedes pensar que existe una probabilidad alta de contagio si no te proteges, una probabilidad media si mantienes distanciamiento social y una probabilidad baja o nula si conservas todas tus
medidas de distanciamiento, protección e higiene.
Al romper el pensamiento binario (A o B), descubres maneras de
controlar la situación y sentir mayor
seguridad. -
El valor del aquí y ahora. Muchas de las situaciones que te causan ansiedad, son resultados de pensar en experiencias previas o temores a futuro. Por lo general, no se corresponden con la realidad que estás viviendo en el presente. Céntrate en el aquí y el ahora, esa es
la base del
mindfulness. Cuando te abrumes de emociones por recuerdos pasados o proyecciones sobre lo que piensas que va a ocurrir, recuerda que lo único cierto es lo que estás viviendo en ese momento y en ese lugar.
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Piensa en positivo, convéncete de que ante ti tienes una oportunidad para
construir un nuevo bienestar, practicando hábitos sostenidos en el tiempo que antes no tenías y que te permitirán un mejor desarrollo integral como persona.
Resiliencia, todo será más fácilEl término
resiliencia ya se había puesto de moda hace unos años y con toda esta situación global ha resurgido. Desde la psicología, se entiende como la
capacidad de adaptarnos y sobreponernos a eventos críticos.
En la medida que te enfoques en
las cosas que puedes controlar, aquellas que dependen de ti y en cuyos resultados puedes incidir, lograrás descubrir la fórmula más efectiva para convivir con esta nueva realidad.