Nuestras empresas, independientemente de su tamaño, pueden crear un impacto en el mercado en el que participan. Y especialmente las pequeñas y medianas empresas, por su cercanía a las comunidades donde operan, tienen una gran oportunidad para lograrlo, siempre que se mantengan innovando.
A través de la innovación nuestras empresas pueden lograr posicionarse de forma tan relevante en la mente de nuestros clientes, generando una diferenciación real y un impulso comercial importante.
Asimismo, es a través de la innovación, donde un empresa logra la disrupción en el mercado, que puede convertirse en un crecimiento exponencial y constante en el tiempo; quizás impulsándonos convertimos nuestra pyme en uno de esos grandes negocios a los que todos aspiramos.
Para eso, es necesario que te plantees una ruta que motive la innovación en tu empresa; una ruta que permita a tu emprendimiento consolidar una visión de convertirse en una empresa única, diferente, ganadora.
Según esta visión, en esta ruta innovadora la empresa debe entender y enfocar sus esfuerzos y recursos, con el objetivo de transformarse y crear valor real para sus clientes.
Pero, te preguntarás. Mi empresa no tiene los suficientes recursos para innovar, no tiene lo necesario para adquirir tecnología que le permita destacarse del resto.
Innovando sin tecnología
¡Olvida todo lo que sabes y empieza de cero! A esto lo llamamos “romper nuestro espejo", y motiva al equipo a cuestionar su estatus, su diseño, la forma que tiene de hacer negocio actualmente.
Se trata de que todos en la empresa se cuestionen si físicamente el negocio es diferente a los demás, si los empleados y procesos son similares al de los competidores.
Es ver y entender que, lo que asumimos como bueno y valido, no necesariamente es lo mejor. Y no buscamos mejorar lo que tenemos; buscamos hacer algo nuevo, lo suficientemente impactante que nos diferencie de los demás. ¡Lo que buscamos es INNOVAR!
Según la Enciclopedia Británica, la definición de Innovación es la siguiente: creación de una nueva forma de hacer algo, sin importar si el objetivo es concreto (por ejemplo, un nuevo producto) o abstracto (por ejemplo, una nueva forma de resolver un problema).
Notarás que en esta definición, y en muchas otras, no se menciona la palabra tecnología. Sin embargo, cuando pensamos en innovación, siempre la asociamos por alguna razón a los avances tecnológicos.
Y sí, utilizando la tecnología digital, se ha logrado innovar lo suficiente. Eso ha llevado a crear esa asociación de ideas. Pero este vínculo, definitivamente, no es excluyente.
Se puede innovar y ser innovador, sin tecnología nueva. Podemos innovar desde las capacidades actuales en nuestro negocio.
Pero para innovar, debemos repensar lo que conocemos. Si tenemos un restaurante o un salón de belleza en crecimiento, asumimos que si hacemos lo mismo que todos tenemos un espacio garantizado.
Desde el confort del “así siempre se ha hecho" creamos una experiencia similar para nuestros clientes, tan similar que, con el tiempo o ante un cambio disruptivo en el mercado, les resultará fácil sustituirnos por otra opción.
Hemos visto esto en los tiempos más críticos de la pandemia: negocios que no han sabido reinventarse, cuando el consumidor solicitaba una nueva experiencia de compra.
Entonces, podemos innovar con cosas simples, crear una nueva forma de hacer algo a partir de los recursos que tenemos.
Empieza a planificar en qué puedes innovar. Existen metodologías probadas, como las cinco fuerzas de Porter, que te ayudan a comprender tu entorno competitivo y en qué eres o puedes ser diferente.
Aquí tienes un listado de opciones por donde comenzar tu plan de innovación:
- Procesos: piensa qué pasos sigues para diseñar y lanzar un producto o servicio al mercado y reimagina un proceso diferente
- Empleados: cómo se comportan, cuál es su capacitación para el puesto, cómo mejoras el equilibrio entre su vida laboral y familiar
- Proveedores: qué relación tienes con ellos, cómo los eliges, cuál es tu poder de negociación
- Ambientación y diseño del local: encuentra elementos que te diferencien claramente en tu categoría
- Forma de recibir pagos: hay que facilitarle la vida al consumidor, que quiere más opciones de medios de pago digitales
- Toma de orden, entrega del producto o servicio: es un momento crucial para cuidar la imagen de tu empresa y lograr que se repita la experiencia de compra
- Procesos de preventa y postventa: cómo atraes a potenciales compradores y cómo fortaleces la lealtad de los que te compraron
- Alianzas: ¿puedes cooperar con otros negocios para ofrecer un combo de servicios disruptivo?
- Sostenibilidad: busca formas de alinear tu negocio al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, porque generará una diferenciación y mayor lealtad en tus clientes, que prefieren consumir en negocios responsables
- Incluso, hasta en el esquema de precios: ¿estás en el mercado o fuera de él? ¿Tienes planes de precios para consumidores que repiten contigo?
Tienes múltiples opciones donde puedes innovar y diferenciarte claramente de tu competencia.
¿Cómo seria tu salón de belleza si lo piensas como si fuera un restaurante? Y viceversa, ¿cómo sería tu restaurante, si logras un estilo de atención como el de los salones de belleza? ¿No llamaría mucho la atención? Rompe tu espejo, y crea un nuevo negocio, diferente y único, desde cero.
¡El cliente, en el centro de tu innovación!
Como vas a diferenciarte de tus competidores a través de la innovación, debes entender para quién estás haciendo esto. Y sí, es para tu cliente. Única y exclusivamente para tu cliente, quien es el que va a aprobar y beneficiarse de tu innovación. Si tu cliente se siente bien y valora lo que haces, tu éxito es solo el resultado.
Rediseñar tu negocio a partir de la innovación, debe iniciar con empatía, con investigación, con deseo real de conocer las necesidades, preferencias y opiniones de tus clientes actuales y potenciales.
¿Qué tal si les preguntas cómo preferirían ser atendidos, qué necesitan para recibir una mejor experiencia con tu negocio, qué desean ver o sentir cuando interactúan con tu negocio?
Pongamos un par de ejemplos concreto:
Tu pequeña ferretería con una gran clientela, en el sector donde está ubicada, puede innovar con algo tan simple como una estantería que explique el uso que se le puede dar a cada herramienta. O con un asesor para los clientes expertos, y también para poco expertos, en plomería, electricidad y construcción. Cuando les preguntas a personas que no saben mucho de herramientas y arreglos del hogar, te pueden decir que les gustaría conocer más de lo que están comprando. Un plomero sabe lo que quiere, pero no es él quien compra en la ferretería, es el ama de casa o el joven que lo contrata, y este no sabe qué va a comprar y para qué.
Hacer más confiable la experiencia de compra, ya se de herramientas y tuberías o de cualquier otro producto o servicio especializado, dará al cliente más confianza, menos ansiedad y seguramente más preferencia a repetir las compras en ese establecimiento. Una diferencia sutil, pero muy útil para tu cliente, cuando compara tu oferta con las opciones del mercado.
Pero esto aplica también a productos de la vida diaria, que se dirigen a un amplio rango de consumidores: por ejemplo, tu tienda de decoración o de moda puede potenciar sus ventas si ofreces un taller para clientes y potenciales clientes con algún experto en estas áreas. Imagínate que ese especialista ayuda a tu cliente a diseñar su hogar (con objetos de tu tienda) o a vestir adecuadamente para una ocasión formal (con piezas de tu inventario). Ahí tienes un valor añadido que tu competencia no ofrece.
Design Thinking o pensamiento de diseño
Con esto en mente, es recomendable la metodología Design Thinking, muy utilizada en procesos de gestión AGILE en grandes empresas y empresas de tecnología digital.
Design Thinking es una forma de innovar, pensando en el cliente desde el punto de partida inicial. Identificar y entender el problema y, a partir de este, pensar y crear la solución. Muchas veces, la solución no requiere de tecnología digital, sino más bien de nuevas formas de hacer las cosas.
Un ADN innovador para mi negocio
Si estás leyendo este artículo, tu voluntad de innovar es una realidad. Quieres innovar para que tu negocio sea diferente, exitoso, único. Llevas contigo el ADN innovador, que no es más que ese deseo y esa pasión para continuamente crear algo nuevo que garantice valor para tus clientes.
Ahora bien, cómo trasmites ese ADN innovador a tu negocio y a tu equipo de trabajo, cómo logras que esa visión sea compartida en tu empresa, cómo puedes asegurar que, aunque no estés presente, se mantenga en el personal ese deseo de innovar.
El trabajo en equipo debe ser tu soporte. Todos en tu empresa deben entender que son responsables de la innovación, tanto como tú. Cada persona que contrates o que entrenes debe entender que valoras más hacer algo nuevo, diferente, que agregue valor al cliente, más que cumplir con un aburrido estándar predefinido. Debes empoderar a tu equipo y hacerle corresponsable de innovar.
En esto, ayuda mucho contar en tu pyme con perfiles de profesionales knowmad o nómadas del conocimiento, que tienen muy claro lo que aporta la innovación y cuentan con un alto compromiso y una flexibilidad de mente apropiados para afrontar estos cambios.
En la metodología AGILE, utilizada por muchos gigantes digitales para innovar, aprendemos que el equipo completo está comprometido, y ese compromiso los lleva a que cada quien debe aportar en mejorar de forma incremental el producto que sirve al cliente.
El equipo completo es el responsable y está comprometido con la innovación. Compromiso es la palabra clave; y quien no sienta que puede dar su 100%, no debería pertenecer al equipo. No estaría aportando al ADN innovador.
Las empresas innovadoras no deben tener eslabones débiles en cuanto a hacer las cosas de forma diferente y dar lo mejor. El trabajo en equipo puede ayudarnos con acelerar la innovación y, poco a poco, lograr valor para nuestros clientes. Desde cualquier punto de vista o desde cada rol, los miembros del equipo deben trasmitir el ADN innovador a toda la organización.
La ruta de la innovación para las pymes dominicanas
Ya sabes que innovar en las empresas es crear algo nuevo que agregue valor real para los clientes. Partiendo de este concepto, revisa esta propuesta para negocios en crecimiento.
Se trata una ruta simple para innovar basada en tres conceptos:
- Rompe lo que conocemos
- Crea valor para el cliente
- Permea la innovación en la empresa completa
Únicamente, al recorrer la ruta completa seremos innovadores, y lograremos generar el impacto en nuestros clientes que resultará beneficioso para nuestro crecimiento.
Nota que en esta oportunidad no hablamos de tecnologías digitales, ni realizamos referencias de automatización o minería de datos. Eso ayuda, y mucho, por supuesto. Pero con un alcance puramente humano y de procesos tu empresa puede ser suficientemente innovadora.
Muchas empresas se han transformado para lograrlo y han adoptado una cultura de innovación. Muchas otras empresas ya nacen con el concepto de innovación como base estructural de su estrategia. La innovación constante trae como resultado el desarrollo.
¡Te deseamos el mayor de los éxitos en esta ruta de innovación!