En nuestro país existe todavía un bajo nivel de bancarización, que lastra el crecimiento de la inclusión financiera y, como consecuencia, aumenta los obstáculos para emprendedores y pequeñas y medianas empresas que necesitan acceder al crédito o aumentar su facturación.
Como resultado de esta realidad, vemos muchas veces bajos niveles de actividad comercial y altos niveles de informalidad.
¿Cómo ponerle remedio? Existe la creencia general de que formalizarse y optar por servicios financieros formales es una tarea complicada. Sin embargo, esto no es así, dado que la inclusión financiera es uno de los principales objetivos del sector financiero en el país.
Los servicios financieros formales buscan erradicar las barreras de bancarización de los sectores marginados y vulnerables, facilitándoles acceso a productos financieros que les permitan realizar transacciones y pagos, mediante servicios prestados de manera responsable y sostenible.
Un claro ejemplo de ello es el auge de la red de subagentes bancarios, como Subagente Popular, que se ha convertido en pocos años en una poderosa herramienta de inclusión financiera de la ciudadanía, acercando los servicios bancarios al comercio habitual del dominicano de a pie. Tanto es así que el subagente bancario se ha convertido en una especie de banco vecino para gran parte de la población y una vía para estos comercios de lograr mayor transaccionalidad.
La evolución de los sistemas de pagos
El año 2020, impulsado por las restricciones de la pandemia, fue un año de grandes cambios para el sector de pagos, que se vio positivamente beneficiado, precisamente a partir de la inclusión y el reconocimiento de nuevas metodologías de pago disponibles. Vemos una tendencia hacia lo digital, sin contacto, en pro a la inclusión financiera.
A partir de esta revolución, el pasado 29 de enero del presente año 2021, el Banco Central emitió el nuevo modelo de Reglamento de Sistemas de Pago, donde se modificaron diferentes aspectos del marco normativo vigente, a partir de la evolución que ha surgido en los sistemas de pago dominicanos durante la última década.
Dentro de estos podemos mencionar como más relevantes:
- Reconocimiento del Agregador de Pagos, como habilitadores de pago. Estas nuevas plataformas se integran a los procesadores de pagos (adquirentes), para facilitar al comerciante (persona física o empresa) un portal donde pueden procesar pagos con tarjetas. Estas empresas resultan ser intermediarios que, en ocasiones, también ofertan servicios adicionales, como entregas a domicilio. En el país existen agregadores de pagos exitosos, entre los que podemos mencionar Hugo App y GoMarket. A través de esta aplicación móvil y página web, consecutivamente, las empresas venden a terceros en línea. Los agregadores de pago deben cumplir con el Estándar de Seguridad de Datos (PCI-DSS), del Estándar de Seguridad de Transacciones con PIN (PCI-PTS) y del Estándar de Seguridad para Aplicaciones de Pago (PA-DSS) según corresponda.
- Creación de las figuras de:
- Pago electrónico: servicios de pago mediante el uso de soluciones tecnológicas, entre ellas los pagos móviles, y el comercio electrónico, que consolidaron un importante crecimiento en el país a partir de la pandemia.
- Digitalización: captura de la imagen de un documento y su almacenamiento en formato digital, según el estándar seleccionado. Esto está utilizándose para la firma digital, como aporte al medioambiente, reduciendo el uso de papel.
- Dinero electrónico: valor monetario utilizado para realizar transacciones a través de plataformas digitales. Desde el año 2000 esto viene en crecimiento, y a partir de la pandemia se incrementó significativamente, debido al auge de las transacciones electrónicas.
- Inclusión como instrumento de pago, la “Cuenta de pago electrónico", permitiendo al público bancarizado o no, realizar operaciones de pago electrónicas.
- Mayor seguridad: fortalecimiento de requerimientos de prevención de lavado de activos y el financiamiento del terrorismo, para los proveedores de servicios de pago y participantes del Sistema de Pago y Liquidación de Valores de la República Dominicana (SIPARD).
Como parte del objetivo de fomentar la inclusión financiera en el país, este año en el Banco Central también se inició la Estrategia de Inclusión Financiera para RD, para contribuir al ahorro y a la provisión de servicios financieros de calidad en el país.
Transformación en los procesos: logrando más con menos
Desde hace años, vemos el surgimiento de pequeños empresarios dedicados a facilitar tecnología para desarrollo financiero. Como apoyo a este sector, en 2018 nació ADOFINTECH, con el objetivo de fomentar el crecimiento de las empresas financieras de base tecnológica o Fintechs y la inclusión financiera de los dominicanos a través de la tecnología, reuniendo a empresas y expertos del área para mejorar y aportar nuevas ideas al rubro.
Este sector aporta grandes beneficios a la economía, teniendo como pilares la flexibilidad, el ahorro, la automatización, democratización y disrupción, concibiendo mejores plataformas que aporten al mercado.
Esta metodología de pensamiento se conoce como AGILE y se dirige a todo tipo de empresas, las cuales empiezan a desarrollar proyectos de alto rendimiento, centrándose en la implementación rápida de una solución eficiente y flexible que responda a la demanda del mercado.
Este método surgió en 2001 y desde 2018 inició su implementación en el país. Grandes plataformas mundiales como Amazon, Apple, Facebook, Google y Microsoft lo utilizan.
En resumen, el cambio trajo consigo nuevas metodologías para mantener la continuidad de los negocios, entre ellas, facilitando la digitalización de los ecosistemas de pago como una vía para aumentar la inclusión financiera.
Si eres una pyme con visión y mentalidad de crecimiento, la clave está en unirse a la tendencia, salir del entorno tradicional y aprovechar los beneficios que facilita la vanguardia tecnológica, a través de múltiples plataformas.
Quedarse quieto no es una opción para un futuro sostenible.