Vamos a dar un salto al futuro, a un día similar al de hoy, dentro de 30 años más o menos. En ese entonces, seguramente, iniciarás tu retiro laboral y empezarás a disfrutar de tu pensión.
Imagínate una versión de ti en una etapa madura, pero aún con energías para disfrutar las ventajas de bajar el ritmo del afán laboral. Proyéctate en el tiempo y en cómo emplearás ese mayor tiempo libre.
Con probabilidad estarás más con tu familia, viajarás más o simplemente descansarás más. Di que sí: esa es una vida envidiable. Y tú has hecho tu parte. El esfuerzo de todos estos años de trabajo tesonero tiene su mérito y merece ahora su recompensa.
A continuación, sal de ese portal del futuro y vuelve al momento presente.
¿Regresaste? Ahora cambia el planteamiento y vuelve a ese túnel del tiempo, aunque en esta ocasión vas a tomar un desvío peligroso.
Ya desde fuera, este túnel se ve un poco distinto. Pero como estás animado por la experiencia del túnel anterior, no piensas en ello, y entras.
Llegas a una nueva realidad. En principio, parece que nada cambia. Te ves en la misma etapa madura de la vida, pero de repente sientes que algo falla.
De entrada, no puedes disfrutar de un cambio de vida, ese con el que tanto soñaste, porque no tienes los fondos necesarios. No ahorraste, no invertiste, no guardaste pan para mayo ni harina para abril.
Es una decepción, sin dudas.
Hay un agravante adicional y es que tus hijos tienen que auxiliarte financieramente. Tú, que siempre fuiste independiente desde que pudiste, hoy te ves en un escenario que no habías vivido desde tu adolescencia. La frustración es doble.
Por suerte, el paseo terminó. Has vuelto a la época actual, a tus 30 años. ¿Has aprendido la lección? Seguro que sí y seguro que quieres vivir como la primera versión de tu yo del futuro, pero te preguntas, ¿cómo lo harás?
Empieza ahora por estos pasos.
1. Construye ingresos pasivos. Pueden ser en la forma de renta inmobiliaria como también de dividendos de inversiones financieras en el banco. Tenerlos incrementa sustancialmente el disfrute de la época dorada de la vida.
2. Invierte. No es ahorrar por ahorrar. Es ahorrar con un propósito de largo plazo. Transforma el capital actual invirtiéndolo correctamente, para que produzca el máximo rendimiento posible. Hay muchas opciones y cada día son más, en la medida que nuestra economía se diversifica. El mercado de valores es una opción muy interesante. Si quieres conocer más sobre su funcionamiento, escucha la serie “El valor de tu inversión" o sigue las publicaciones en las redes sociales de @InversionistaPopular.
3. Edúcate financieramente. La invitación a invertir pasa por este punto: educarse. Aprender no duele, dicen. Por eso, es fundamental que entiendas cómo hacer que tus fondos crezcan de manera prudente y consistente en el tiempo. Por ejemplo, debes conocer cómo lograr que el interés compuesto trabaje para ti. Tienes a tu disposición muchos tipos de cuenta de ahorro que están pensadas para planificar y automatizar tus ahorros.
4. Organiza tus finanzas. Esta es la base de la pirámide, la piedra angular, la columna vertebral que te sostendrá en pie en el futuro. Sigue esta fórmula sencilla: gasta menos de lo que ganas. Y antes de gastar, ahorra e invierte. Sigue estos consejos de ahorro. Aquí tienes también algunos propósitos financieros que puedes implementar desde este año 2021 para tomar velocidad de crucero.
5. Construye un fondo de emergencias. En 30 años muchas cosas pasan, esperemos que pocas emergencias. Pero es seguro que en el camino al menos una llegará a alterar el ritmo normal de tu vida. Por ello, tener un fondo de emergencias que cubra por lo menos de tres a seis meses de tus gastos esenciales es fundamental para no comprometer el ahorro de tu pensión.
6. Deudas buenas. A lo largo de tu vida, ten siempre presente este principio y trata de que el pago de las deudas no supere el 30% de tus ingresos. Procura las deudas buenas, las productivas, las que te permiten dar un salto adelante y fortalecer tu posición financiera en el tiempo. Por ejemplo, el alquiler que se ahorra para pagar un préstamo hipotecario y tener una vivienda propia como patrimonio o la formación académica que te proporcionará acceso a una mejor posición laboral.
7. Cambia el mindset. La esencia de todo es que seas más feliz. Y, buena noticia, no tienes que esperar a cumplir 60 años para esto. Un primer paso es cambiar la actitud. Quizás una tanto más alegre, más previsora. Tu cerebro sabe de esto. Si lo habitúas a ahorrar, él hará que lo hagas en automático. Tienes herramientas financieras que te ayudan a ello. Y, además, sabiendo que cuentas con un colchón ante emergencias y fondos invertidos para el futuro, ganarás en tranquilidad mental a lo largo del proceso.
8. Descubre tu autorrealización. Las necesidades del ser humano tienen prioridades en el subconsciente. La de mayor jerarquía es la autorrealización. Esta es la razón por la cual te sientes bien cuando cumples con un deber o tu esfuerzo te permite llegar a un nuevo nivel. Ahorrar para tu pensión tiene ese componente de logro superior.
9. Cuidad tu salud. La física y la mental. Haz ejercicio, aliméntate correctamente y frecuenta los especialistas médicos, con el interés de mantener un estado óptimo. Un buen primer paso es pensar en el historial médico de tus padres y abuelos, y cómo tratar de prevenir las enfermedades recurrentes en la familia. El objetivo es vivir una vida balanceada y sostenible.
10. Pregunta. Existe tanta información, métodos, ideas, libros o videos disponibles, que es entendible que sea retador encontrar el camino. Simplemente, localiza a ese amigo o familiar que sienta que ha alcanzado esa meta de un retiro planificado y pregúntale cómo lo logró. Un consejo a tiempo vale oro y su plan de vida puede encajar perfectamente con el tuyo.
11. Acércate a tu AFP. Desde que inicies tu vida laboral, empieza por solicitar que te envíen tus estados de cuenta a tu correo electrónico. En los casos de los afiliados a la AFP Popular, tanto en la aplicación móvil, como en la página web, tienen una calculadora de pensiones. Indaga cómo puedes incrementar el monto de tu pensión realizando aportes voluntarios a lo largo de tu vida. También cuentas con productos en tu entidad financiera diseñados específicamente para cubrir esta necesidad de cara al momento del retiro. Verás un cambio muy positivo a la vuelta de unos años.
¿Por qué todo esto es sumamente importante?
Los avances en la medicina y la tecnología están dibujando un escenario donde la expectativa de vida es cada vez mayor. Una persona en su sexta década de vida seguirá siendo activa y valorada.
Si te planificas con ese objetivo, vas a continuar siendo una persona que aporte a la sociedad, aunque, en este caso, el “trabajo" que decidas realizar sería más por entretenimiento que deber.
Podrás elegir qué hacer y cuándo: lanzar un negocio propio, colaborar con una ONG, dedicarte a la enseñanza, ayudar en un proyecto familiar. Las posibilidades son múltiples y te sentirás útil.
El tiempo es tu mejor aliado, aprovéchalo y combínalo con tus finanzas personales para que, llegado el momento de tu retiro, te encuentres con la mejor versión de ti mismo… esa que viste cuando cruzaste el túnel.